Cartas de Lectores

Viernes 14 de noviembre de 2014

“Homenaje a un Patriota a un mes de su partida”

Señor Director:

Enrique José Myslowski, nació el 15 de Julio de 1950 en el municipio de 9 de Julio, departamento de Eldorado. Hijo mayor del matrimonio de Estanislao Myslowski y Olga Moros. Descendiente de inmigrantes europeos. Fue bautizado y confirmado en la fe Cristiana. Creció en la sencillez de la vida rural de nuestra provincia. Era poseedor de una riqueza innata: “Autodidacta, ingenioso y planificador de sueños propios”. Con ese espíritu, a los catorce años de edad, comenzó a trabajar haciendo changas con los vecinos de su colonia. Ya gozaba de la confianza de todos, gracias a su honestidad. Carpir, machetear, tarefear y cuanta tarea rural se le ofrecía, él realizaba. Su eficiencia, prolijidad, perseverancia y rapidez le permitieron ahorrar para hacer realidad sus primeros sueños. Pronto compró una motosierra. Así mejoró sus ingresos elaborando leña por metro cúbico. Luego pasó a un trabajo más confortable, iniciándose como profesional en el volante, al conducir un ómnibus de corto recorrido, desde Eldorado hasta Santiago de Liniers. Al poco tiempo logró comprar un antiguo camión con sus ahorros y cuotas a pagar. Cuando se inaugura la fábrica pastera en Puerto Esperanza, Enrique Myslowski se incorpora a la flota para transportar raleo de pino desde las colonias a la planta. Llegó a trabajar dos días sin descanso sobre su camión en pos de sus metas y planes.
El día 15 de julio de 1980, cuando cumplía 30 años, contrae enlace matrimonial con la Srta. Ester Fechner. De su matrimonio nacieron dos hijas: Andrea Soledad y Vanesa Susana. Estuvieron radicados en la colonia Santiago de Liniers, junto a sus suegros, hasta que logró construir su propia vivienda en Eldorado, año 1986. Con su familia trabajaron siempre en ejemplar unidad; logrando así desarrollarse como familia en todo aspecto. Hoy sus dos hijas son profesionales egresadas de Universidades de la ciudad de Corriente.
Los proyectos familiares nunca cesaron. La familia Myslowski trabajó y luchó siempre, en épocas buenas, regulares y desfavorables. Enrique (como todos lo conocíamos) creció en su profesión de transportista. Administró su empresa con la ayuda de su esposa. Era su propio mecánico y gomero, a pesar de ser cliente de talleres y gomerías. En años favorables y con mucho esfuerzo compró chacras y plantoópinos. Esto le ayudó a sostener a su empresa a fines de la década de los noventa y principio del 2000. Vendía su pino para renovar algunos de sus camiones por exigencia de la pastera. También solicitaba créditos bancarios para satisfacer esas exigencias. Nunca solicitó subsidio o ayuda alguna al Estado para mantener su emprendimiento.

Enrique auto-disciplinado y honesto, siempre pagó todos los impuestos. Cuando se retrasaba por las crisis financieras lo hacía luego con intereses o multas. Se preocupaba por el bienestar de sus empleados como el de su propia familia. Hombre generoso, siempre organizaba sus finanzas para realizar aportes y donaciones solidarias a instituciones de bien público. El trabajo era su mayor deleite. Por ello no dedicaba tiempo a la pesca o recreaciones deportivas. Su vida social estaba ligada al círculo familiar y amigos íntimos. Siempre fue agradable dialogar con él por su amistad, humor sano y diálogo positivo. Jamás escuché de su boca palabras desagradables o descalificantes, menos insultos o maldiciones, aún en los momentos de mayores dificultades y crisis. Le indignaba cuando alguien padecía injusticias, manifestaba empatía ofreciendo ayudas. Él también las padeció bajo el sistema monopólico.
El 25 de marzo del 2010 sufrió un inédito accidente en la planta de la fábrica a la que brindaba sus servicios de transporte. Pronto se le detectó problemas neurológicos que prevalecieron hasta su final, a pesar de tantos estudios y tratamientos en los mejores centros del país y fuera del mismo. A consecuencia de ello su hija menor se hace cargo de la conducción de su empresa. Él se abocó a las tareas que más le agradaban, supervisar los camiones y trabajos en sus chacras.
Enrique José Myslowski se levantó el día 10 de octubre con mucha alegría. Después de desayunar con su esposa fue a una chacra para terminar un trabajo. Allí falleció repentinamente de un paro cardio-respiratorio a los 64 años de edad.
La vida de Enrique, contrasta con los fracasos de la sociedad actual, nos deja varios mensajes:
-Los niños y adolescentes de hoy también tienen derecho a “soñar” su futuro de dignidad y grandeza. Es aconsejable planificarlos desde jóvenes para proyectarlos. Con metas establecidas, estas se logran con toda seguridad, poniendo disciplina, perseverancia, mucho esfuerzo y sacrificio.
-Las familias se mantienen unidas cuando cada integrante se mantiene ocupado y crece en sus responsabilidades. Disfrutan todos con más placer los logros individuales y familiares, al lograr resultados de los sacrificios de cada uno. Las dificultades se alivian al asumirlas entre todos.
-Para todo argentino nos deja el ejemplo de que es posible vivir sin contaminarse de la decadencia ética y moral de nuestros días. Los logros duraderos sólo se alcanzan manteniendo en vigencia los valores cristianos básicos. El trabajo continuo, responsable y honesto es la garantía del desarrollo sano de las personas, familias y sociedades. Enrique: ¡Gracias por tu ejemplo!

Pastor Norberto D. Spengler
Eldorado