Arte solidario y culinario en medio de la pandemia

“Cuidemos al de al lado y al que más lejos está, ayudemos al planeta que muy enfermo está. Persigamos utopías, no dejemos de soñar, el derecho al alimento es por lo que hay que luchar”.

Este fragmento pertenece a la canción La Murga de Alimendar, melodía que tomó vida a partir de un proyecto solidario que busca llegar a los hogares de los más golpeados por la pandemia.

Es que, en el contexto actual de aislamiento social, preventivo y obligatorio, el grupo de teatro comunitario de la Murga de la Estación debió suspender sus actividades. Pero, buscaron la manera de seguir llegando a los espectadores. Sólo que esta vez son comensales. Y, junto con la Red Alimendar Antidesperdicios, llevan adelante la loable tarea de cocinar y así, colaborar con comedores.

“La idea nació para justamente colaborar con la comunidad, sobre todo con aquellos más afectados por la situación actual. Por eso, gracias a la propuesta de la Secretaría de Cultura de la Provincia y mediante un trabajo en equipo con el grupo Alimendar, quienes gestionaron toda la logística, estamos llegando a  muchas familias”, resumió Sara Motta, directora artística del grupo comunitario del galpón de la Murga de la Estación, en diálogo con El Territorio.

El equipo se reúne todos los sábados en el espacio cultural y cocinan tres ollas de comida, lo equivalente a 180 litros. Ese alimento lo distribuyen, a través del circuito de comedores creado por Alimendar, de manera que puedan abastecer a aquellos espacios en los que es imprescindible su aporte. “Son días complicados para todos y más todavía en esta situación. Nuestro trabajo es hacerle frente al desperdicio de alimentos, pero no podíamos quedarnos quietos con todo lo que está pasando hoy día. Por eso, empezamos a llevar adelante estas acciones”, explicó Gionas Borboy, de la Red Alimendar Antidesperdicios.

El equipo comenzó en un primer momento cocinando todos los martes. Sin embargo, con el transcurso de los días, constataron que los comedores reciben más comensales durante los fines de semana. Por lo que, apoyarlos en esos días era más propicio. “Nuestra idea es que la comida alcance para todos, que nadie se quede sin poder llevarse su porción a casa”, resaltó Motta al tiempo que agregó que la conciencia social es otra de las acciones que buscan inculcar con este proyecto solidario: “También queremos concientizar acerca de no desperdiciar la comida, de compartirla y respetarla”.

En esa línea, además de promover el compromiso social y fraterno, el equipo intenta inculcar el respeto por las normas sanitarias. 

“Buscamos también capacitar a otros a seguir los protocolos, a entender la situación actual de pandemia, a respetar el distanciamiento, el lavado de manos, el uso de barbijo y demás cuestiones sanitarias que son tan importantes ahora. Sobre todo, si tenemos en cuenta que nuestra salud y bienestar depende de hacer lo correcto y respetar las medidas”, especificó Borboy quien dividió al grupo en equipos estratégicos, para evitar  la aglomeración de personas pero a la vez, para que todos sean parte de esta apuesta. 

En lo que respecta a los insumos, les son donados por la Secretaría de Cultura y de diferentes organizaciones, individuos o familias. Los interesados en colaborar con la causa, pueden acercarse al Galpón de la Murga, todos los sábado por la mañana.

“Esto se trata de un trabajo en equipo en el que cada uno pone de su parte. Nos une como grupo y a la vez nos permite mantener un vínculo estrecho con la comunidad que también tanto colabora con la causa. Nos  pone muy contentos saber que nuestro espacio cultural, como centro comunitario, funciona para ayudar a otros”, expresó Motta.

Es que, como lo dice la canción creada por el grupo, ‘Hay acciones que son dignas, la de simplemente dar. Sin pedir nada a cambio, dar de igual a igual”.