Por Maricela Rotela interior@elterritorio.com.ar
El 30 por ciento de los pacientes que recibe atención en el Hospital
Escuela Doctor Ramón Madariaga cuenta con obra social, cifra que
representa un aumento en los últimos años, siendo una de las variables
el alto costo de los coseguros para practicar algún estudio o bien la
consulta médica, que manejan las entidades.
“El nosocomio central de Posadas atiende en un 70 por ciento a personas
sin obra social y el restante que sí la tienen y esa cifra antes era
menos, estaba en un 20-80 y eso se fue elevando”, dijo a El Territorio,
Dalila Buhl, gerente asistencial subrogante del hospital Madariaga.
Además la profesional apuntó que en cada una de las atenciones se trata
de hacer gestiones de recupero constante, ya que la prioridad siempre
son los pacientes que no cuentan con una cobertura. “Uno de los ejemplos
es con la atención a afiliados al Pami que aumentó, desde la misma obra
social dan una negativa autorizando que se cubra acá. El problema es
que el paciente se interna, necesita de insumos y tenemos una demora
para poder acceder a ellos y mientras tanto nos bloquea una cama”,
explicó.
“Ese es el mayor inconveniente al que nos estamos enfrentando y es por
eso que se dice que el hospital Madariaga está desbordado y es porque se
prolongan internaciones de pacientes que no se les puede dar el alta,
porque no tiene el criterio si no se resuelve su situación, por la
demora de los insumos en determinadas obras sociales, obviamente que eso
te recarga la atención y se ha pronunciado en los últimos seis meses”,
enfatizó.
En un mes, 55.000 atenciones
A continuación, la gerente destacó que el dato de que el 30 por ciento
de las atenciones son a afiliados a alguna obra social no es menor ya
que, “hace seis meses se realizaban 350 atenciones por guardia en un
día, hoy son 500 a nivel general y 150 son para personas con obra social
lo que no es poco porque en un mes cuando se realizan 55.000 atenciones
y mil cirugías en ese mismo periodo”.
“El hospital cuenta con 250 camas, 25 de alta complejidad en terapia
intensiva y 12 en Unidad Coronaria y a veces no se tiene lugar porque se
dilatan las internaciones. El hospital puede comprar los insumos y se
espera de la obra social que los repongan pero como cada vez son más los
pedidos existe un límite. Primero se tiene que comprar para aquel que
no tiene oportunidades porque ocurre que en algunos casos lo que mandan
no se puede dejar de reposición y se debe ocupar en el paciente
directamente, que es cuando es un producto trazado”, aclaró.
Sin respuestas
Buhl remarcó por otro lado que el sector público genera más gastos en
cuanto se refiere a las primeras atenciones y que a la hora de derivar a
los enfermos a los privados no obtienen respuestas, por ejemplo, “en un
politraumatizado o en un paciente que sufrió un ACV que las primeras 24
horas es cuando se los estabiliza y después se ve en qué sanatorio
tiene cobertura pero últimamente lo que nos está pasando es que no nos
están aceptando a los pacientes por distintas cuestiones”.
“El hospital no puede decir no tengo cama, porque hasta se llega a poner
a los pacientes en los pasillos, pero no se niega la atención a nadie.
Personal del sector de Guardia saben que si cuenta con obra social se
tiene que llamar y ver en qué sanatorio privado puede recibir atención,
tratamos de frenar y que se atiendan en ellos”, enfatizó.
Finalmente manifestó que desde el nosocomio lo que tratan de hacer es
agilizar los tiempos cuando se ingresan o egresan a los enfermos, “hemos
detectado demoras entre que se va un paciente e ingresa otro por la
limpieza, estamos trabajando en ello pero es todo lo que podemos hacer”.
Recupero de costos
Para la realización de estudios en forma puntual
se encuentran en los Consultorios Externos el Laboratorio de Alta
Complejidad de Misiones (Lacmi), “allí lo que se hace es tratar de
cobrar a la obra social por la atención que se dio que es a lo que
llamamos el Recupero de Costos Hospitalarios. Se recupera lo que se
gastó por tener obra social, porque o sino recae todo en el hospital
público, se genera una saturación y se debe retribuir de alguna manera”,
explicó.
“Fuera de lo que sea análisis de sangre en lo que más demanda tenemos
son en los pedidos de resonancia, tomografía, ecografía y los turnos
especializados porque la obra social los dilata y entonces vienen acá,
lugar en los que también presentamos saturación pero los casos más
urgentes se acomodan con los sobreturnos”, finalizó.
Los valores de la medicina prepaga
La medicina prepaga aumentó 4 por ciento el 1 de
octubre, en lo que significó el sexto aumento del año. Las cuotas de
las prepagas subieron en febrero (a cuenta de 2018), mayo, julio, agosto
y septiembre. Sin contar el aumento de febrero, completarán en
noviembre un ajuste de casi 37 por ciento.
Las empresas de medicina prepaga aducen que estas subas no son
suficientes para cubrir el aumento de los costos. Pero, por otro lado,
enfrentan un goteo en la cantidad de afiliados, producto de la caída del
poder adquisitivo.
Una familia tipo puede gastar 14.000 pesos por un plan de medicina
prepaga, sin tener en cuenta descuentos de obras sociales. De los 6
millones de afiliados, cinco millones derivan aportes de obras sociales y
el millón restante son "puros".
Meses atrás, el Gobierno habilitó a las empresas a ofrecer planes "low
cost" para contener la caída de afiliados, con ofertas recortadas. Este
tipo de planes, contempla, entre otras cosas, abonar un mayor costo en
concepto de coseguro dependiendo de estudio o la práctica médica.