A pesar del cielo gris y la tarde fresca, miles de personas asistieron hoy al desfile inaugural de la 40ª Fiesta Nacional del Inmigrante, evento que se extenderá hasta el próximo domingo 15 de septiembre en el Parque de las Naciones de esta localidad.
La música, los trajes típicos y la alegría de las colectividades le dieron color y calor al tradicional recorrido desde el Centro Cívico de la ciudad hasta el predio de las casas típicas, epicentro de la cultura y la gastronomía de las diferentes colectividades que animan el evento mayor de los obereños.
“Es una fiesta hermosa, única en el país. Con mi señora venimos desde hace más de diez años y cada vez nos encontramos con algo diferente. Este año vinimos para el primer fin de semana y por primera vez pudimos ver el desfile. Es pura emoción. Ya sacamos como mil fotos”, expresó Eugenio Rivas, turista correntino.
A su lado, su esposa celebró la “convivencia de todas las nacionalidades en una sola fiesta, algo que no se ve en otros lugares del planeta. Los argentinos somos unos bendecidos en ese aspecto y Misiones da el ejemplo”.
De igual manera, los espectadores acompañaron con aplausos el recorrido que simboliza el peregrinar de los primeros inmigrantes que llegaron a esta tierra en busca de paz y trabajo.
Tal lo previsto, el desfile comenzó apenas pasadas las 15 y fue la paisana argentina, Ángela Nicole Viera, quien encabezó la marcha en su condición de anfitriona.
Luego fue el turno de la Reina Nacional del Inmigrante, Dahiana Machado Sabbagh, representante de los países árabes, acompañada por sus princesas Macarena Soledad Schulz Paredes, colectividad española, y Andrea Paola Gómez Da Silva Hultgren, colectividad nórdica.
Alegría
y emoción
Como
es tradicional, las familias coparon las plazoletas del centro de Oberá para
disfrutar del tradicional desfile. Muchos llevaron sillones y el infaltable
mate.
Las
primeras colectividades en desfilar fueron las de la reina actual y sus
princesas, tal como establece el reglamento. Cada colectividad se lució por
igual y recogió el aplauso de los miles de espectadores que colmaron las
avenidas.
El
paso de cada comitiva fue precedida por su respectiva soberana, la que competirá
por el cetro mayor de la fiesta.
Los
árabes se lucieron con una carroza representada por un camello en un oasis, los
nórdicos presentaron un barco, los alemanes una bella casa típica y los
brasileños un mate y una pava, al tiempo que repartieron la tradicional caipiriña.
Los
ucranianos se destacaron con una impresionante delegación y carros repletos de
niños, mientras que un tráiler hizo de las veces de escenario del carismático
Rulo Grabovieski y su orquesta, quien actuará durante la fiesta en la casa
típica de la colectividad.
Mientras
que Paraguay se lució con un grupo de baile que desparramó talento y despertó
aplausos a puro sapucay.
Los
japoneses se lucieron con una delicada escenografía y los españoles se
destacaron con la belleza de sus bailarinas.
Rusos,
checos, italianos, portugueses y polacos se lucieron sus trajes típicos con
entusiasmo y alegría, mientras los más pequeños se robaron los mayores aplausos
mientras recorrían las calles sobre carros adornados con flores.
El
cierre del desfile estuvo a cargo de las diferentes agrupaciones
tradicionalistas argentinas, anfitriones de todas las nacionalidades que
forjaron la patria.