En su segundo día de espectáculos, el predio del Parque de las Naciones albergó en esta 40ª edición de la Fiesta Nacional del Inmigrante actividades para todos los gustos. Anoche y hasta la madrugada de hoy se esperaba con ansias por rock, funk y música electrónica sobre el escenario, con exponentes provenientes de los puntos más recónditos de Sudamérica.

Alrededor de las 18, el ansioso público pispeaba el escenario mayor durante la prueba de sonido de las distintas bandas y DJ que a las 21 dieron comienzo a una noche más de alegría inmigrante.

La banda con sello misionero Néctar regresó a los escenarios y realizó un recorrido por sus canciones más emblemáticas. El show fue a puro rock con matices de funk, hardcore, hip hop, metal, y sonidos alternativos, con letras que hablan de la identidad misionera.

En el escenario mayor desgastaron acordes: Alí Salum (voz), Dani Méndez (guitarra), Diego Solís (batería) y el nuevo integrante de la banda Facundo Velázquez (bajo). La agrupación junto a Kube y su Conjunto fueron preseleccionados para su actuación en lo que desde la organización denominaron La Noche de los DJ y precalentaron la gran pista de baile.

“Es nuestra primera Fiesta Nacional del Inmigrante y obviamente estamos muy contentos porque es como el único escenario que nos quedaba pendiente”, comenzó explicando Diego Solís, integrante de la banda, en diálogo con este medio. Néctar, en sus doce años de historia, participó de festivales emblemáticos como Cosquín y Tacuarí. Por eso, a modo de anhelo, decíamos: ‘Algún día tenemos que estar’, y llegó la oportunidad”, continuó .

El último disco fue Lúcido, grabado a fines del 2015, en Estudio Santito, en pleno barrio de Núñez de Buenos Aires, y presentado en 2016 en los escenarios, con el que estuvieron recorriendo diferentes puntos de la región, como también fechas muy importantes en el país. 

En un mano a mano en el stand del El Territorio, resaltaron que en sus presentaciones no dejan afuera a los clásicos temas como Resiliente o Yo no soy de acá, muy esperados por el público. “El pogo de la canción última tendrá un significado especial con el Parque de las Naciones de fondo. En la mezcla de colectividades un montón de gente se va a sentir identificada. Además, en Oberá ya tocamos muchas veces y nos fue muy bien”, señaló el artista. 

Para cerrar, esta familia de músicos amigos reflexionó sobre el apoyo para poder seguir creando: “Siempre nos costó mucho y ser independientes en Misiones o en el NEA no es fácil, estamos lejos de todo y cuesta todo mucho más. Pero siempre tratamos de pensar en positivo y seguir para delante en las buenas y en las mala”, sostuvo.

Electrónica en escena

Ezequiel Dero, uno de los DJ más reconocidos del país, regresa a la tierra colorada para La Noche de los DJ. Su actuación se esperaba para la medianoche, escoltado por  Orco Mix, Alex Miraballes, Jorge Facet, Lpiaz, Kevin Montaner + 1000ton, Mosthaza, Alex (The man of Leña para el Carbón) y Guillermo Atencio.

Antes de hacer vibrar las bandejas del escenario Norgus Jacob,  el músico electrónico charló con este medio acerca de lo que es necesario para seguir vigente en el mercado. 

“Sigo haciendo todo esto con mucha pasión y es lo que de alguna manera me llevo a toda mi carrera, desde que empecé. Y la verdad que eso de reinventarse es por la misma pasión por la música, el querer seguir estando y dando lo mejor y como que sin darte cuenta te obliga a que vos mismo le vayas encontrando la vuelta”, reflexionó. 

Y agregó: “Siempre fui un gran lector de lo que le pasa a la gente, como el entrelíneas y es como que me fui adelantando a cosas que terminaban pasando, y creo que ese es un poco el secreto de porqué a mis 51 años todavía sigo muy metido en el mundo de la música, tengo como una cosa innata. Lo llevo interiormente”.

El cincuentón DJ comenzó su carrera en fiestas privadas a los 13 años. Al poco tiempo se convirtió en el protagonista de la mítica discoteca Airport y tras dos años de residencia fue contratado por la disco New York City, liderando la escena argentina por casi una década.

En 1991 se lanzó como productor. Su primer disco fue platino en Argentina, Uruguay, Paraguay y Chile. Luego de su exitosa incursión en la música, cambió la cabina de New York City por la de El Cielo, que lo volvió a colocar en lo más alto del candelero musical argentino. 

A su entender, el trabajo y la actuación colectiva fue transitando el camino de lo amateur para consolidarse en shows profesionales y de alta gama como el que han preparado para la noche de ayer en la Capital del Monte. 

“Una paleta de colores en la que cada uno hace lo suyo, pero en definitiva la gente pasa una noche con diferentes estilos”, explicó el DJ. 

Feliz de pisar la tierra colorada después de tantos años, reconoció que, si bien la profesión lo llevó por muchos eventos, “nunca uno con tanta historia, estoy como en llamas por subir al escenario y probar las comidas, bebidas y recorrer un poquito el predio. El intercambio de culturas es muy bueno”, sostuvo.

Para finalizar, recordó que Misiones fue una de las primeras provincias que lo recibió en sus inicios. Fue en el histórico boliche Power en los 90, de la mano de Carlos Espíndola. “Es una de las provincias que más visité en mis comienzos, el público siempre me brindó una recepción espectacular”. 

Incluso, recordó una vieja anécdota: “En una visita a un boliche, al llegar a la cabina tomo las bandejas giradiscos y cuando aprieto el botón para comenzar, me doy cuenta que el plato, en vez de ir para adelante, iba para atrás y digo: ‘No puede ser’. Miro con más detenimiento y me doy cuenta que había caído un vaso de champán en lo que le da velocidad al plato. No tenía forma de  hacerle arrancar, así que esa noche puse tres horas de música sin tocarle la velocidad porque era una locura y moviendo la velocidad del otro plato para mezclar. Ya no se podía hacer nada, el lugar estaba explotando de gente”. 

El Territorio acompaña la fiesta en vivo