Agua, la crisis del siglo XXI

Sábado 17 de agosto de 2019
José Miérez

Por José MiérezGerontólogo

En este momento, mientras ustedes leen estas palabras, casi dos de cada tres personas en el mundo padecen por causa de una severa escasez de agua potable;y cada día mueren cientos de personas por enfermedades relacionadas de este elemento. Al alterar y destruir el equilibrio ecológico, el hombre atenta contra su propio futuro. El agua es un recurso estratégico cuyo manejo concierne a todos.
“Lo que más diferencia al hombre de los pájaros es que estos dejan intacto el paisaje cuando construyen”
Nuestro planeta es permanentemente herido y lastimado, y si deseamos la continuidad de la vida como conocemos, es necesaria la creación de una nueva cultura, que reconozca y respete el valor del agua. De esta nueva cultura dependerá la supervivencia de futuras generaciones en el país y en la provincia, que felizmente siempre está en avanzada, y es por ello que en su oportunidad creó una estructura por ley, el Eprac, que se encarga del control, supervisión, evaluación y distribución del agua potable y los líquidos cloacales.
El agua es sinónimo de vida y un requisito indispensable de ésta; es el elemento vital por excelencia en la naturaleza, pues sólo donde existe prosperan los organismos. El agua en estado líquido es el común denominador de la vida.
En las mayorías de las religiones del mundo, el agua se concibe como sustancia y fundamento del origen y continuidad de la vida. Hace 3.600 millones de años, los primeros organismos vivos obtenían energía corrompiendo compuestos de azufre disueltos en agua. Debemos amar el océano y el sistema hídrico que genera, porque su bienestar es, sin duda, el nuestro.
Nuestro cuerpo es 70% de agua. El agua contenida en cada célula del cuerpo humano ha existido desde los orígenes del planeta. No debe sorprendernos el hecho de que muchos problemas ambientales estén relacionados con el agua, después de todo el planeta Tierra podría llamarse planeta Agua. El 70% de la superficie está cubierta de agua. Depende de nosotros protegerla, los mares, los lagos, los ríos, etc.
El 70% de la superficie de la Tierra es agua: el 90% es salada y se encuentra en los océanos, el 3% restante es agua dulce, el 2% es hielo y menos del 1% está disponible para el consumo humano.
La percibimos como origen de la vida, como elemento de purificación, como mediadora y regeneradora del cuerpo y del espíritu. Sin agua no existiría vida en la Tierra.
El agua en el planeta es un milagro de equilibrio. El volumen del agua en el mundo ha permanecido casi estable desde sus orígenes. El agua subterránea se recupera con tan lentitud que se le considera un recurso no renovable. A veces tarda cientos e incluso miles de años en recuperarse.
El ser humano ha de ser un aliado de la biosfera para convertirse en su peor enemigo con esa actitud. El funcionamiento de la biosfera es un perfecto, complejo entramado de relaciones entre los seres vivos y su medio. Todos podemos hacer mucho por el medio ambiente si cambiamos nuestros hábitos a realizar las pequeñas cosas de la vida.
La ecología ha sido incluida en los planes de estudios de las escuelas, pero es una de las disciplinas más desconocidas, aunque todo el mundo habla de ella y a pesar de su creciente desarrollo en los últimos años del siglo XX, está de moda, pero no es una moda, sino una ciencia.
¿Ecosistema? ¿Bioma? ¿Sucesión? ¿Nicho ecológico? ¿Capa de ozono? ¿Contaminación? Llamar a las cosas por su nombre es también una forma de acabar también con la contaminación, para acabar con la contaminación del lenguaje.
“¿Fue el Lobo Feroz el culpable o lo fue Caperucita?”
1. Caperucita sabía perfectamente que podía encontrarse con el Lobo Feroz.
2. Caperucita no era ajena al hambre y sed del Lobo.
3. Si Caperucita hubiera ofrecido al Lobo la cesta de la merienda de su abuelita y agua para calmar su sed, muy probablemente no habría ocurrido lo que ocurrió.
4. El Lobo Feroz no ataca inmediatamente a Caperucita, sino, al contrario, conversa con ella.
Los padres, sus hijos, las familias, los establecimientos educacionales tienen que tener esperanza y una visión positiva del agua. Por eso en el futuro, hay que aspirar que todas las personas y los ecosistemas naturales tengan agua en suficiencia y de calidad adecuada para satisfacer sus necesidades básicas. Sólo deben construirse nuevas infraestructuras donde se necesiten y de acuerdo a la demanda. Y únicamente después de consultar a las comunidades locales.
Las disputas internacionales por recursos hídricos compartidos se deben resolver diplomáticamente en base a principios de equidad y justicia. Se deben recabar y compartir extensas y abiertamente los datos sobre los recursos hídricos.
El agua, que parece una materia simple, es la más compleja. Mientras más la conocemos, mas nos sorprende. Es enigmática y misteriosa.