El poder de las imágenes

Domingo 26 de enero de 2020 | 01:00hs.
Por Emmanuel López Del Valle

Por Emmanuel López Del Valle politica@elterritorio.com.ar

‘Una imagen vale más que mil palabras’ es un reconocido adagio que Diego Samaniego Araujo conoce muy bien. Es que la fascinación por el mundo audiovisual lo llevó por un camino que comenzó como un juego y, años más tarde, se convirtió en su profesión.
Con tan sólo 25 años Diego, quien es oriundo de Encarnación, Paraguay, cumplió un sueño: llevar su pasión hacia el Viejo Continente, tras ser seleccionado entre miles de personas del mundo, para participar de una convocatoria de la Unión Europea, representando a su país para producir historias de gente que, en su cotidianeidad, busca cambiar el mundo.
Autodidacta, emprendedor y curioso. En esos términos se define el joven estudiante de la licenciatura en Comunicación Social en la Universidad Nacional de Misiones (Unam) y fundador de Cinecable, una organización regional que agrupa a todos los que aman contar historias a través de la sucesión de imágenes. 

Los inicios de la pasión
Reconocido fanático de la televisión, tanto paraguaya como argentina, Diego resume en ese término el comienzo de su camino por el mundo audiovisual.
“Desde chico siempre me gustó mirar televisión, los realitys, los noticieros y me llamaba la atención las puertas en escena, los planos, cómo se comunicaba todo eso que solemos ver cotidianamente”, contó en diálogo con El Territorio.
Después de muchos años de ver televisión y documentales, un regalo de cumpleaños fue clave en los comienzos de su pasión. “Tenía catorce años cuando me regalaron una cámara pocket, que estaban de moda en 2009. Ahí empecé a hacer y jugar con lo que tanto veía en la tele. En la secundaria, armamos nuestro propio reality, que tuvo una gran repercusión que llegó a los canales encarnacenos”, recordó Diego. Así empezó su primera incursión en la construcción de historias a través del video.
Con los años, pasó de la realización de realitys a pequeños cortos. Luego, a pequeños documentales. Y, más tarde, a grabar algunas publicidades para comercios de la zona. Lo que terminó siendo un juego, cobró seriedad cuando decidió tomar capacitaciones en composición de imagen, fotografía y edición de videos.
A los 19, dejó su ciudad natal para cruzar el puente internacional que une Posadas con Encarnación para estudiar la licenciatura en Comunicación Social.
 “Siempre quise estudiar comunicación, pero no para ser periodista, sino porque sentí que me iba a dar las herramientas que me faltaban. Pero nunca supe que iba a ser algo tan transversal, que me brindó una visión crítica y analítica de la realidad, de repensar lo que decimos y hacemos. De buscar otras posibilidades de contar historias y las realidades”.

Conectando arte
Diego, junto con otros amantes de las artes visuales, creó en 2015 Cinecable. Desde hace ya cinco años preside la organización que, según sus propias palabras, “es un espacio inclusivo para hacer, pensar y rehacer cine”. 
En una primera instancia, contó con la participación de sus amigos, también aficionados a la fotografía, producción y cine, de su ciudad natal. Y con el paso de los meses, se sumaron compañeros de carrera, tanto de Posadas como del interior misionero. Luego, se convirtió en un grupo que traspasó las fronteras de Brasil y Bolivia.
“En los últimos meses, Encarnación se convirtió en un punto de entrada para el arte. Y siempre quisimos estar a la altura. Vimos que Argentina tiene una ley con amplia promoción audiovisual y, en estos años, quisimos tener una igual, para que todos los que amamos el cine y la cámara, tengamos un espacio”, refirió.
Luego, consideró que aún falta mucho por trabajar. “El cine paraguayo está cobrando forma y notoriedad regional y mundial. Es por eso que desde Cinecable promovemos la formación, porque el Sur merece grabar y producir contenidos, en sus diversos soportes, dando a conocer contenido alternativo, con formas frescas y que lleguen a la gente”, expresó el joven.

De Encarnación al mundo
En junio de 2019, la Unión Europea lanzó una convocatoria denominada Face2Hearts que, entre sus principales objetivos, buscó y seleccionó a 20 jóvenes –diez europeos y otros diez de otros continentes- para crear videos que reflejen las historias y rostros de las personas que buscan cambiar la realidad del país.
“Me postulé y tenía que conseguir ser el blogger más votado. Mis amigos me incentivaron y compartí mi perfil para que me votaran. Se viralizó y logré más de 5.000 votos entre Paraguay y Misiones. En tan sólo una semana me convertí en el personaje con más votos de mi país y eso me aseguró el pase para la convocatoria”, describió Diego.
Tras un casting y ser seleccionado, el realizador se convirtió en el referente paraguayo en la Unión Europea.
“Fueron dos semanas convulsionadas. Primero empecé con la votación y a las dos semanas, viajé a Bruselas para la capacitación intensiva”, recordó. Al mismo tiempo que agregó: “Durante un mes, fue estar en contacto con grandes realizadores del mundo, con grandes especialistas del mundo de la imagen y del cine, que nos contaban cómo trabajar los proyectos, la composición y la historia, que es lo más importante”.
Al regreso, en agosto, el desafío comenzó: contar en imágenes algunas historias de vecinos de todo el Paraguay que, desde su cotidianeidad, apuntan a un cambio social.
“Recorrí muchísimo el país, del Norte al Sur, y del Este al Oeste, indagando, conociendo y registrando personas que día a día hacen y trabajan por un nuevo Paraguay. Registramos historias de comunidades originarias inaccesibles. También, de nuevas formas de plantar tomates en el Chaco paraguayo. Otros, que con la pesca cambiaron un modelo de producción y levantaron su economía. Y encontramos historias de pueblos donde, desde la infancia, enseñan a las niñas sobre igualdad, que valen y que nadie tiene que violentarlas. Es todo un desafío porque Paraguay es aún una sociedad machista, pero la nueva generación apuesta a un cambio de ese paradigma”, narró.
“Son historias de gente que hace posible el cambio, que van de lo pequeño a lo grande, testimonios profundos que se adecuan a los tiempos que corren”, resumió.
Muchos de los videos están en YouTube, al alcance de todos. Y tal fue el éxito que cobró el trabajo de Diego, que tuvo repercusión no sólo en Paraguay, sino en la Argentina, Bolivia, Chile, Brasil, Croacia y España.
“En junio volvemos a Bruselas, para relatar la nueva experiencia y para incentivar a más jóvenes para contar historias a través del video”, anticipó el realizados audiovisual.
Por último, manifestó: “Es increíble que un sueño, mi sueño de la infancia, se hiciera realidad. Se dieron contextos y mi trabajo habló. De ver la tele, a estar en la tele. De ver cine, a hacer cine. Pero, sobre todo, de contar esas historias de gente que quiere hacer del mundo, un lugar mejor”.