Elevaron a juicio la causa por el crimen de Antonella Bernhardt

Martes 29 de septiembre de 2020
Según el acusado, había ido al departamento de la víctima para una sesión de fotos. | Foto: El Territorio/Archivo
Carlos Cardozo

Por Carlos Cardozofojacero@elterritorio.com.ar

El juez Fernando Verón, titular del Juzgado de Instrucción Tres de Posadas, decidió que Cristian Daniel Vargas (29), acusado por el crimen de Antonella Bernhardt (27), vaya a juicio bajo la figura de femicidio, según detallaron fuentes del caso a El Territorio. El crimen ocurrió en el barrio El Brete, de Posadas, el 4 de abril del año pasado.

De esta forma, el magistrado hizo lugar a la solicitud de la Fiscalía, a cargo Adriana Verónica Herbociani, y la querella, conformada por las abogadas Ivana Lundvist y Roxana Rivas, quienes defienden los intereses de la familia de la víctima. Las dos partes habían solicitado que la causa sea elevada a debate con el agravante, que contempla una pena de prisión perpetua.

En noviembre del año pasado se dictó la prisión preventiva para el detenido por el delito de homicidio simple, que prevé penas de 8 a 25 años en caso de ser considerado culpable en un debate oral. Entonces el magistrado descartó que en el crimen haya mediado violencia de género y que la víctima haya sido asesinada por su condición de mujer, algo que con el correr de la instrucción cambió.

Consultada al respecto en su momento, Rivas señaló que las calificaciones son una cuestión muy subjetiva de cada juzgado y que “catalogan como femicidio cuando tienen acreditado algún vínculo entre la víctima y el homicida, pero suelen complicarse cuando no tienen ese vínculo acreditado o no lo ven explícitamente”.

“Ese es un error bastante común, consideran que el agravante de femicidio siempre está vinculado con cuestiones de relaciones íntimas o sexuales entre la víctima y el victimario, pero en realidad el elemento que se tiene que tener en cuenta es la motivación, el desprecio hacia la vida de la otra persona por el hecho de ser mujer”, agregó.

A la figura menos gravosa apuntan Vargas, confeso asesino, y la Defensoría Oficial del Juzgado de Instrucción Tres, ya que eso significaría diez años menos de cárcel. Según pudo saber El Territorio, se opusieron a la decisión de Verón y en el caso que la figura de femicidio persista apelarán la medida, por lo que tendrá que definir la Cámara de Apelaciones de la provincia. Argumentan que no había relación de pareja ni odio a la víctima por su condición de mujer.

Testimonio
Vargas declaró en audiencia indagatoria que había conocido a Antonella por una oferta laboral. Le iba a pagar 1.000 pesos por un book de fotos, pero además la joven iba a cobrar una comisión si vendía en colegios posadeños su servicio de fotografía a grupos de egresados. Se hizo una primera sesión y el día del crimen -dijo-, la segunda.

En ese punto, relató que tuvieron relaciones sexuales y que la joven lo amenazó con que lo había filmado todo.

En una entrevista exclusiva con El Territorio, el acusado relató que la víctima buscó chantajearlo y que en ese momento “me desesperé de que mi mujer se dé cuenta de que yo estaba siendo infiel y entonces le dije que sí. Empezamos a forcejear con el teléfono y quedamos que ella iba a borrar y yo le iba a dar la plata. Quedó ahí, yo empecé a juntar mis cosas y ella me dijo sonriendo que todavía tenía el video”.

Sobre el momento del crimen detalló una secuencia bastante endeble: “Cuando estábamos forcejeando, yo le agarro la mano a ella y le traigo hacia mí -ella es petisita y el hombre tiene más fuerza que la mujer-; la idea era sacarle el cuchillo de una vez por todas, pero cuando la traigo directamente le clavo el cuchillo en la garganta. Ella cae con el cuchillo en el borde de la cama”.

“Yo le saco el cuchillo -de la garganta- y empieza a golpear la puerta la dueña del alquiler. Nunca estuve en esa situación, nunca vi un cuerpo ni fui jamás a un velatorio y de repente ver eso, que estaba temblando y agonizando -por la víctima-. Estaba yendo a abrirle la puerta a la señora con la mano llena de sangre porque primero le tapé con una remera y luego con mi mano”, agregó.

Pese a la gravedad de lo que contó, en su momento el acusado no mostró variaciones en su voz ni mucho menos se quebró. Dijo que buscó mover a Antonella, que había caído boca arriba, para que ésta no se ahogue en su sangre. Entonces, antes de abrir la puerta, se lavó las manos y simuló esa conversación que fue registrada por los vecinos en un video que luego se hizo viral.

Al respecto, desarrolló: “Le atendí a la señora desde la ventana para que no vea mi mano mojada. En el transcurso que yo supuestamente hablo con Antonella lo único que quería era irme porque ya sabía lo que iba a pasar si me quedaba ahí y pedía una ambulancia. Pero eso es lo peor que hice, abandonarle a ella a su suerte”.

Después de salir del lugar y momentos antes de ser detenido, el joven reseteó toda la información del teléfono celular de la víctima, pero los efectivos de la Secretaría de Apoyo de Investigaciones Complejas (Saic) del Poder Judicial pudieron recuperarla. Eso hizo desmoronar parte de su coartada.

No existió el video
Tal y como informó este medio oportunamente, el análisis de esos aparatos confirmaron que la víctima y el asesino mantenían una relación meramente comercial y los intercambios de mensajes nunca evidenciaron siquiera una insinuación de parte de ninguno de ellos. Incluso, la joven mantenía de igual manera conversaciones con la esposa del implicado.

Más allá de eso, al decir de un investigador, el dato más importante es que nunca existió un video sexual de los protagonistas con el que supuestamente la joven amenazó a Vargas, tal y como éste señaló ante las autoridades y a este medio. Tampoco hubo amenazas o chantajes detectados en las conversaciones.