Explosión Tropical

Domingo 15 de septiembre de 2019 | 00:00hs.
Agustín Mazo

Por Agustín Mazo fojacero@elterritorio.com.ar

El carisma y el encanto de la música tropical tuvieron su merecido espacio ayer por la madrugada en el escenario mayor del Parque de las Naciones de Oberá y le dieron el broche de oro a otra jornada más de los grandes espectáculos que nos tiene acostumbrado cada noche en la Fiesta Nacional de los Inmigrantes, en este caso en su edición número 40. 
Los rulos de Cacho Deicas y su inconfundible voz lideraron la tormenta tropical que desembarcó en último turno el viernes, de la mano de la reconocida banda de música santafesina Los Palmeras. 
Minutos después de la medianoche, los miembros de uno de los grupos más convocantes en el país, tal como quedó en evidencia con un Norguss Jacob colmadísimo como hacía tiempo no se veía.
Lookeados con sus característica ropa estridente, abrieron su show de la mano de uno de sus más recientes temas, La cola, con el que levantaron de sus asientos a todos los que estaban ocupando el sector preferencial de la tribuna.  
A puro ritmo de cumbia, y apelando a un recorrido por su extensa trayectoria de más de cuarenta años haciendo música por todo el país, Los Palmeras hicieron bailar a todos los presentes, que deliraron al escuchar reconocidos hit como Qué quiere la Chola, Bombón asesino, La suavecita y Aprenderás a llorar por nombrar algunos por los cuales se hicieron conocidos y queridos en todo el continente. 
Desde la primera fila hasta lo más alto de las repletas gradas, cada uno de los presentes siguió atentamente el espectáculo que brindó el grupo santafesino, que además de música tropical, no dejó de hacer vibrar al público con adaptaciones a la cumbia de temas muy relacionados al rock como La bestia pop, de Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota, y Como Alí, de Los Piojos. 
Previo a la presentación, los integrantes de Los Palmeras compartieron una cena con miembros de la casa típica argentina, en donde cada uno de sus integrantes devolvió el gran afecto que le brindaron sus seguidores con fotos y autógrafos a los que se acercaban hasta ese lugar. 
Antes de abandonar el escenario, en tanto recibieron un reconocimiento por parte de las autoridades de la Federación de Colectividades, mención que fue entregada de manos de su titular, Juan Hultgren, además del merecido y caluroso aplauso de pie de una multitud, de varias generaciones que disfrutaron a pleno de una noche a puro ritmo. 

Alemanes a la vanguardia

Diego Vain

Por Diego Vain deportes@elterritorio.com.ar

Muchas veces, la Fiesta del Inmigrante hace acordar al pasado y sirve para revivir viejas tradiciones, pero también es una buena oportunidad para mirar hacia el futuro.
Combinar tradición con tecnología no es algo sencillo, pero los alemanes tomaron la posta. Desde esa colectividad decidieron, hace tres años, que tenían que apostar a ser los primeros en tener algo diferente al resto. Por eso hoy son la única colectividad en la fiesta que tiene un sistema tecnológico en su casa para atender a todos los que pasen por allí.
A través de una tablet, los mozos toman el pedido a los visitantes. Esa comanda se ve también en la caja y en las bocas de expendio (ya sean de comida o de bebida). De esta manera se agiliza el servicio en una de las casas que más público recibe a lo largo de la celebración.
“El sistema permite la gestión integral de un restaurante, en este caso el de la colectividad alemana. Se atiende en varias cajas simultáneas, con varios puntos de entrega. Hay 20 mozos que toman pedidos, hay puestos de administración y de stock”, explicó Alex Hedman, uno de los miembros de Hedman Ingeniería, la empresa que creó el sistema para la colectividad.
“La idea es simplificar la gestión del restaurante, del servicio de bebidas y comidas, porque muchos de los que trabajan ahí no son mozos o cajeros en su vida cotidiana”, agregó, al tiempo que comentó que por eso llevó tiempo que funcione en óptimas condiciones.
Desde hace tres años desde la casa alemana trabajan con el sistema y se notan los cambios en cuanto a organización.
Claro que la transición no fue fácil. Antes de comenzar a trabajar con el nuevo sistema, tuvieron que amigarse con las nuevas tecnologías y luego, también, dictar cursos para que los que iban a ser usuarios cómo hacerlo y qué necesitaban para ello.
Pero más allá del rechazo que muchas veces generan los cambios, sobre todo a costumbres de muchos años, los alemanes se pusieron a la cabeza de un giro que es necesario para darle a la Fiesta del Inmigrante un salto de calidad.