Luego de horas y horas de trabajo bajo el sol y, con algunas jornadas de
descanso obligado por las lluvias, quedó finalizado ayer el Mural más
grande del mundo, que se emplaza en el centro de frontera en la
Costanera acceso sur.
Y también, el Mural más grande realizado a lápiz, marca que fue
estudiada por la organización Guinness World Records y cuyo resultado se
esperaba anoche al cierre de esta edición.
La obra en negro sobre base blanca retrata al mensú con su ponchada de
yerba mate, también unos brazos fraternos compartiendo la infusión
emblema de esta tierra, entre otros temas. Sus dimensiones serían de
1,60 metros cuadrados según un informe preliminar.
En tanto, la inmensa pintura de colores se alza con 4.000 metros
cuadrados de imágenes que invitan a celebrar la identidad fronteriza, la
diversidad y la integración entre Argentina y Paraguay. El muro está
intervenido en sus dos caras.
El mural es un proyecto llevado adelante por más de medio centenar de
artistas que integran el Movimiento Internacional de Muralistas (MIM)
Italo Grassi.
La coordinadora de la propuesta y referente del MIM por Misiones, la
profesora Valeria Garibotti explicó ayer a El Territorio que el proceso
de creación del mural “fue una experiencia muy linda, encarar este
proyecto con la idea de que sea un mural con una idea integral, es decir
que tiene un mensaje que se lee a lo largo de toda la obra”.
Y sostuvo que “de esta manera queda demostrado que el arte puede
transformar una realidad. Puede volver bello y hacer formar parte del
paisaje algo que para la gente resultaba extraño o incómodo como en este
caso era el muro que a nadie le gustaba”.
Los artistas del MIM fueron convocados por la Entidad Binacional Yacyretá.
En la tarde de ayer, la representante para Latinoamérica del Guinnes,
Natalia Ramírez, estuvo en el lugar donde se levanta el mural a lápiz,
realizando mediciones y demás requisitos. Mientras, en un escenario
montado para tal fin, se presentaron varias bandas y el cierre fue con
el Chango Spasiuk.