Para Alberto Kupski, asesor en proyectos de biomasa para la Copetegla, el uso eficiente de aserrín tiene un futuro prometedor en la provincia. Según explicó, el sistema es más limpio, eficiente y seguro para las industrias. Y destaca como premio para el medio ambiente que “no se debe tirar un sólo árbol”.
“La biomasa es efectiva y puede ser aplicada a cualquier cooperativa. En nuestro caso fuimos mejorando las máquinas y desde hace unos 30 días el secadero está funcionando así. Sólo nos falta implementar la automatización para mejorar aún más la productividad”, indicó Kupski.
Efectividad demostrada
El mecánico y diseñador de equipos de secado en Oberá, especificó que el uso de aserrín es muy eficiente. Pero para ello tiene que tener el debido tratamiento antes de ser quemado.
Tema candente
Agregó que por estos días el cambio de tecnología en los secaderos de la provincia es algo muy discutido por las restricciones al movimiento de madera que impulsó la Ley de presupuestos mínimos de protección ambiental de los bosques nativos (Ley 26.331)
“Ahora la disponibilidad de leña, es una preocupación para el sector tealero. Pero también ayudó para que de una vez por todas hagamos algo. Este sistema estaba muy postergado en su uso y permite usar un recurso que se estaba tirando o se quemaba a la intemperie”
Sistema más limpio y seguro
Además de los ahorros en la compra de leña, se explicó que con el uso de la secadera de aserrín se ganó en la calidad de la yerba mate. “Este sistema no tiene emisiones contaminantes, calificamos para la ISO 9000, no hay emisiones de dióxido de carbono. Se tomaron muestras de yerba y se analizaron y dieron muy bien”, resaltó con orgullo el diseñador que acuña 28 años en el trabajo con equipos de combustión.
Novedad y controles de calidad
La implementación del novedoso secadero de la Copetegla se inició en 2008 y fue posible con aportes del Programa Regional de Asistencia al Sector Yerbatero (Prasy) del Instituto Nacional de la Yerba Mate (Inym). Anteriormente su creador, Alberto Kupski, había comentado que tenía el sistema diseñado pero estaba paralizado por falta de financiamiento.
Desde el comienzo de la implementación, se había destacado su conveniencia en la rentabilidad de uso frente a la leña. De tal forma su uso se proyectó fundamentalmente a lograr que el sapecado (la primera etapa del proceso de secanza de la hoja verde de yerba mate donde se reduce la humedad de la materia prima) sea más eficiente.
Con anterioridad se había explicado que sí bien el sistema puede utilizar cualquier tipo de aserrín, existen algunos condicionantes al momento de la carga en los gasificadores. “El control de materia prima será desde el aserradero. Cuando se trate de aserrín que contenga químicos utilizados en el baño de la madera, ese producto no nos sirve porque podrían quedar residuos en combustión. El que va a recolectar aserrín deberá tener ese cuidado”, explicó y añadió que el aserrín requerirá un secado previo. “Es simple: el aserrín se tiene que secar del 3% al 4%, pero funciona bien con un 10 a un 12% de humedad”, señaló.
En camino a la automatización
Entre las ventajas del nuevo sistema de secanza se destacó que ofrece una mayor seguridad para el “foguista”. Es así ya que el 70 por ciento del sistema de sapecado con aserrín está automatizado, con lo cual el trabajo hombre se realiza con mayor seguridad ya que el tambor de sapecado alcanza los 1550 grados centígrados. Así, se recordó que en muchas de las industrias del secado el foguista debe exponerse a altas temperaturas para colocar la leña en el conducto hacia las calderas.
Se remarcó que el ahorro de leña es evidente en las cantidades a manejar. Se ejemplificó que para procesar cinco mil kilos de yerba verde se utilizan 650 kilos de leña, pero si la opción es el aserrín esa cifra baja a 400 kilos. El sistema trabaja a combustión completa, no libera “humo”, monóxido de carbono (CO2). “En este sapecado -contó Kupski, creador de la máquina- tenemos CO2 de tres partes por millón, y eso implica que estamos dentro de las normas ISO”.