Hay guitarra eléctrica bajo el poncho

Viernes 13 de enero de 2012
De gira nacional. | Arbolito tocará mañana en Posadas y luego seguirá por el Festival del Chamamé y el de Cosquín

La banda Arbolito cerrará mañana en Posadas un festival que reunirá a una serie de grupos y solistas locales.
Será para el “Tereré Music” en el teatrino de la costanera, cuando se fusionará el folclore con el rock, algo que Arbolito experimenta desde fines de los 90, siendo hoy uno de los más representativos en la escena alternativa del país.
El Gardel y la Consagración

Muchas de las obras de Atahualpa Yupanqui partían de la indignación. De cruzar fronteras adentro (el interior del país) y encontrarse con injusticias.
Esas experiencias se convertían luego en canciones que actualmente son inoxidables. La indignación también ha sido materia estimulante para muchas de las composiciones de Arbolito.
Critican a la política inoperante, la exclusión de los pobres y al saqueo europeo. Y ponen a la fábrica de Zanón como el modelo “de un país de verdad”, como por ejemplo dicta la letra de Un cielo mucho más claro.
Aunque más allá de las diatribas, Arbolito reproduce en escena el espíritu de las peñas folclóricas. Esa impronta fue reconocida en el Festival Mayor de Folclore de Cosquín 2011, Córdoba. Al culminar el festival fueron nombrados la Consagración Cosquín.
Arbolito se asemeja a la estilística de León Gieco y Arco Iris. Es que esta banda trae bajo el poncho unas guitarras eléctricas: fusionan elementos del folclore con el rock.
El resultado es una serie de canciones frescas. Tal es así que se ganaron el premio Gardel por el Mejor Álbum de Folclore Alternativo. Ese álbum se llama Despertándonos, en el que los ritmos autóctonos se mezclan (como en producciones anteriores) con punteos de guitarra eléctrica e invitados que cantan con ellos: Gieco y el Chizzo Náppoli, de La Renga.
Ahora, Arbolito prepara el disco sucesor y se planea lanzarlo en marzo, según contó Ezequiel Jusid a El Territorio, antes de que la banda pise suelo posadeño, para tocar mañana en el teatrino de la costanera.

 

Con la quena no
Arbolito ganó experiencia tocando por calles y plazas. Pero en un principio fueron como parias porque los rechazaban sencillamente por ser distintos.
“En el rock no porque tocás la quena. En el folclore no porque tocás guitarra eléctrica”, les decían, según rememora Ezequiel, cantante y guitarrista de Arbolito.
No obstante, poco a poco el mundo folclórico les hizo un lugar que en otros ámbitos fue negado. “Uno piensa que en el folclore son más conservadores, que son más cerrados. Y la verdad nos dimos cuenta que el rock es más conservador”, estimó Ezequiel.
“A medida que empezamos a crecer las puertas del folclore se nos fueron abriendo mucho más que las del rock. Pero al principio no encajábamos en el rock ni el folclore. Tuvimos que inventar el camino propio, alternativo, independiente. De tocar mucho en las calles, en las plazas, de recorrer el país de la manera que nosotros queríamos. Juntarnos con la gente que queríamos estar. No depender de las peñas ni de los festivales, ni de las rockerías. Eso nos hizo crecer muchísimo”.

 

Entre Zanón y los mapuches
A fines de la década del 90, la crisis se palpitaba en las calles. Como estudiantes de la Escuela de Música Popular de Avellaneda, los integrantes de la banda Arbolito sentían muchas cosas que luego eran reflejadas en la lírica.
“La indignación era algo que nos salía de adentro, acá en Buenos Aires”, admitió Ezequiel.
“Nos gusta tocar y contar las cosas que pasan. Eran discos con contenidos de cosas que tenían que ver con eso, que de alguna manera nos hizo a todos cambiar y poder tener un poco más de esperanza. Y pensar que podemos estar un poco mejor. Esos años eran demasiado caóticos y nosotros lo expresábamos desde nuestro lugar, que son las canciones”, añadió el artista.
Los encuentros con organizaciones sociales y recitales a beneficio han sido en catorce años de formación una inspiración para consolidar las obras de Arbolito, como confraternizar con los obreros de la fábrica recuperada Zanón, de Neuquén.
“Ahí estuvimos muchas veces. A un montón de fábricas de acá, de Buenos Aires, vinimos también”, contó Ezequiel.
“Estuvimos en comunidades indígenas. Cada vez que vamos a los pueblos se acercan y nos invitan a compartir con ellos, algo que nos ha hecho crecer muchísimo. Las experiencias que traemos de cada lugar que vamos lo devolvemos así. Es la manera que tenemos de componer: les devolvemos con canciones. Es compartir una jornada en Humahuaca o con mapuches en Chubut”.
Sin brindar detalles, Ezequiel reconoce que “muchas veces” rechazaron tocar en distintos eventos debido a “cuestiones partidarias más que nada, más allá de cuestiones ideológicas”.
“Fueron por partidos políticos. Tratamos siempre de no tocar en situaciones que tengan que ver con cosas partidarias, más allá de que uno comparte ciertas ideologías con algunos sectores. Pero si ya está la cuestión partidaria atrás lo rechazamos. Más allá de  que a veces fuimos engañados (se ríe). Uno piensa que es para una revista o algo y después aparecen las banderas de los partidos”, apuntó el artista.
Para Ezequiel, haber sido premiados con la Consagración en el Festival Mayor de Folclore de Cosquín fue una gran “sorpresa”.
“Después de tantos años, donde quizás en el folclore no se nos dio tanta bolilla, quizás por la fusión que hacemos, o por la manera que tenemos que encarar el folclore”, explicó.
“De a poco como que se nos fue reconociendo. Pero nos sorprendió. Y nos llena de orgullo también. Siempre decimos que no tocamos ni hacemos nada para ganar premios. Nos interesa, pero nos reconocen después de catorce años., haciendo un camino propio, con canciones nuestras, de tocar. Que no tratamos de imitar a nadie ni hacer como nadie lo hizo”, advirtió el músico de Arbolito.
Con cinco discos editados, el grupo prepara el sucesor de Despertándonos para lanzarlo en marzo. En la obra no habrá invitados y contará con la única producción de la banda, luego de que el ex Los Piojos emprendiera esa labor para el último disco de Arbolito.
La agenda de Arbolito por el país continúa por la Fiesta Nacional del Chamamé (16 de enero), en Corrientes; y el Festival Mayor de Folclore de Cosquín (25 de enero), en Córdoba.
Ese día, el grupo de folclore y rock compartirá escenario con Gieco, Hugo Bistolfi, Juan Falú, Victor Heredia, Orozco Barrientes y una veintena de artistas más.
La nómina de ilustres es suficiente como para decir que Arbolito ha conseguido su lugar. Sin dudar a fuerza de lucha.

 

 

En el teatrino

Mañana a las 19, arranca el “Tereré Music” en la costanera. Con Espontánea, Tubichá y Néctar. A las 21 sigue la peña con Sociedad Anónima, Espiral, Joselo Schuap y Arbolito.