Influencers

De la radio a la televisión y de la televisión a las redes sociales de una forma casi imperceptible. El negocio del marketing fue mutando y los influencers coparon la parada sin anuncio previo del desembarco.
Los nuevos mimados del mercado rompen con el esquema de otras épocas porque no necesitan de grandes producciones para marcar el camino de la tendencia. Son personas que se especializan en diferentes ámbitos y lo comparten en sus redes sociales generando la empatía de sus seguidores. Y obviamente son capaces de “influir” en la opinión diaria de ellos... es ahí donde emana el secreto de su éxito.
Hoy el mercado se apoya en los influencers para publicitar sus productos. Es un negocio redondo por donde se lo mire y genera ganancias hasta en algunos casos exorbitantes para aquellos que tienen mayor alcance.
Sin dudas un click, un like y las suscripciones pueden cambiar una vida en la nueva era del marketing, aunque al mismo tiempo la expansión de las redes generó submundos.
Los influencers son coleccionistas de seguidores en las redes y dedican parte de su tiempo a la publicidad. Crean su contenido dándole un enfoque propio al material y eligiendo el formato de medio para expandirlo: si crea videos en YouTube es youtuber, sin lo hace en Instagram es instagramer y si comparte contenido en su blog es blogger. Para cada posibilidad, una etiqueta. Y ante el crecimiento aparece la oportunidad.
Hoy en día las marcas y empresas más importantes cambiaron sus estrategias de marketing y mediante un influencer promociona sus productos. Es que los usuarios simplemente tienden a depositar su confianza en su personaje favorito de las redes: “Lo que haga está bien, y quizás lo copie”.
Las empresas entonces no solamente regalan productos e invitan a eventos a los influencers elegidos, sino que también los contrata como embajadores y, si bien no hay una regla estricta respecto al dinero, las cifras dependen exclusivamente del número de seguidores.
Según un informe del sitio TN, “las campañas en Instagram, por ejemplo, pueden consistir en una story o en un contrato mensual por posteos que se renueva constantemente. Hasta finales del año pasado en Argentina los influencers con un promedio de 100.000 seguidores ganaban entre 15.000 y 20.000 pesos por posteo, y entre 7.000 y 15.000 por story. Actualmente todo puede variar según la consideración de la empresa contratista”.
El acuerdo puede ser muy flexible porque no hay reglas establecidas. De hecho, por ejemplo, en 2017 la empresa británica Hopper HQ (explica el informe) que dedicada a manejar cuentas de Instagram a empresas y particulares, ubicó a Kylie Jenner en el podio de las figuras que más ganaron en esa red social en ese año. A la estrella, modelo y diseñadora le pagaron 1 millón de dólares por cada posteo que hizo para sus 112 millones de seguidores.
Pero sostenerse en el tiempo es la gran tarea del influencer y mantener a sus seguidores el objetivo final. Detrás de cada posteo hay un esfuerzo de horas y quizás días. No es un trabajo sencillo aunque lo parezca y hasta puede generar consecuencias en la salud. Porque renovarse también significa permanecer.

Igoa marca el camino
En Argentina uno de los influencers que pisa fuerte es el misionero Alejo Igoa.
Criado en Concepción de las Sierra, Igoa se fue a Rosario a estudiar arquitectura aunque rápidamente se de dio cuenta que en YouTube estaba lo que buscaba. Desde 2014 sube sus producciones y tiene la impresionante cifra de más de seis millones de suscriptores en la plataforma y casi tres millones en Instagram.
Otros misioneros destacados en este mundo virtual son: Marina Señuk (@marinasenuk) con 122.000 seguidores en Instagram, Bárbara Vitantonio (@barvitantonio) con 66.400, El Mismísimo (@diabloiguazu) con 95.600, Jorge y Nacho con un millón de suscriptores en YouTube.