“La vida no es fácil”: el grito de un homicida tras apuñalar a un linyera

Lunes 21 de octubre de 2019 | 06:00hs.
Carlos Cardozo

Por Carlos Manuel Cardozo fojacero@elterritorio.com.ar

La oscuridad de la noche, la leve pero constante lluvia, policías, patrulleros, un juez y un cadáver. El dantesco marco tuvo lugar sobre la avenida Bustamante de Posadas -entre Lavalle y Gómez Portiño- ayer a la noche y se trató de la escena del crimen de un hombre en situación de calle al que atacaron a puñaladas.
El hecho ocurrió cerca de las 18.45 y la víctima fue identificada como Daniel Alejandro Soza, según el DNI que hallaron entre sus pertenencias. El médico policial que trabajó en el lugar detectó que tenía cuatro heridas provocadas por un arma blanca y su cuerpo fue remitido a autopsia por orden judicial.

En el marco de una rápida investigación, tres personas fueron detenidas. Uno de ellos identificado como Inocencio A.C. -paraguayo-, quien intentaba huir del país mediante el puente internacional que une a la capital provincial con Encarnación.

A los dos restantes, un hombre y una mujer que también serían extranjeros, los atraparon en cercanías de la denominada Placita del Puente. El grupo se movilizaba en un vehículo Nissan con patente paraguaya que fue identificado por una testigo inmediatamente después del crimen y seguido por el Centro Integral de Operaciones (CIO-911) de la Policía de Misiones.

Testimonio clave 
El Territorio estuvo en el lugar de los hechos y se entrevistó con Mirta (22), quien vio como el asesino huía en el auto incautado luego de matar al hombre. Dijo que la víctima agonizó sobre un charco de sangre mientras ella le pedía que no se duerma y que reaccione.

La joven desarrolló que estaba llegando a su casa cuando vio que se estacionó en el lugar el vehículo, aunque aclaró que no “vi cuando lo apuñaló; vi a un hombre cuando estaba subiendo al auto y que empezó a gritar que la vida no era fácil. Ahí miró y había un tipo tirado”. 
El cuerpo estaba sobre el techo de una pollería, en cercanías al lugar donde pernoctaba la víctima en el último tiempo.

“Él -el asesino- estaba por subir al auto, pero bajó de nuevo porque se le cayeron unos papeles en el piso. Alzó esos papeles, tiró una bolsita al auto y ahí se sube del lado del acompañante y también se sube una mujer atrás”, agregó la entrevistada, mientras las autoridades intervinientes hacían las pericias de rigor en la escena.  
“Esperé un ratito a que se vayan, miré la patente y ahí me acerqué a ver qué pasó con el hombre. En eso veo que tiene dos puñaladas y dificultad para respirar. Ya le estaba costando”, amplió. Entonces llegó la ayuda de un ciclista, quien se encargó de llamar a la Policía.

“Fue una situación horrible, no paraba de sangrar y miraba un punto fijo. Yo le gritaba que no se duerma, que se quede despierto”, dijo aún conmovida. Contó que otras personas intentaron reanimarlo y al moverlo pudo apreciar que tenía dos lesiones de arma blanca en la zona costal. No paraba de sangrar, por lo que cuando la ayuda llegó al lugar ya era tarde.

“Fue muy feo porque nunca vivimos algo así acá”, añadió aún conmovida en referencia a los episodios de seguridad en el barrio. Los vecinos que estaban con ella asintieron. Cerca de las 20, varios de ellos, todavía sin información certera, seguían los trabajos de  los uniformados.

La testigo confirmó que el hombre asesinado vivía en situación de calle y “se juntaba con los linyeras de acá de la zona. Antes andaba por Lavalle, en el contenedor ese que está ahí, y hace poco vivía por Bustamante y dormía frente a un local desocupado”. 

El dato de la patente

“NAS-469” fue la patente que memorizó Mirta y eso fue clave para que, ayer a la noche, los investigadores consideren que el hecho podría estar encaminado a la resolución. El sistema 911 alertó a Gendarmería Nacional para que impida que el vehículo salga del país y los efectivos montaron un operativo antes de las casillas de Migraciones para que eso suceda.

Al cierre de esta edición, comisiones policiales hacían también las pericias dentro del vehículo. 
Intervinieron en la escena del crimen y la cabecera del puente el personal de la Comisaría Tercera, el jefe de la Unidad Regional I, Sergio Vivero, la Policía Científica, un médico y un bioquímico policial. Todos los trabajos estuvieron supervisados por el juez Ricardo Balor, titular del Juzgado de Instrucción Seis de Posadas, quien se encontraba con otras autoridades de la sede.