“No me hallo”

Domingo 3 de enero de 2010

Lo primero que aprendí, cuando llegué al Paraguay, fue que hay dos actitudes fundamentales que lo definen todo: “Me hallo” (che avy´á), o “no me hallo” (ndavy´ái). Si me hallo, todo bien (ndaipori problema). Pero si el paraguayo no se halla, no hay nada que hacerle. No intentes persuadirlo de otra cosa.
En este comienzo de año, yo estoy muy tentado por “ndavy´ái”. Porque, como dice un amigo mío, en este mundo con tantas injusticias, (las que me cuentan todos los días y las que ni me entero), con tanta violencia, donde matan, venden o  explotan a los niños y abandonan a los ancianos, yo no quiero vivir. Tengo ganas de irme al otro. A la Casa del Padre, donde será la jubilación perfecta. (Jubilación viene de "júbilo", aunque bien poco júbilo el que tienen la mayor parte de nuestros jubilados. No hablo de las "jubilaciones de privilegio")
Aunque no tengo más remedio que repetir lo de aquel Santo Obispo, Martín de Tours, ya muy anciano, que le decía a Dios para que le llevara de este mundo. Pero, -añadía-, si todavía soy necesario, (o útil) para mi pueblo, “non recuso laborem”, que en castellano se diría: No rechazo el laburo.

A pesar de que tengo motivos para estar alegre, -sé que Dios está conmigo, (y con todos!). Que hay mucha gente que me quiere. (Otros me querrían lejos!) Que hay más gente buena que mala. Que, a pesar de lo que la hemos destruido, o afeado, la naturaleza sigue siendo bella…-, a veces me invade la depresión del paraguayo, y tengo que decir que “no me hallo”.
Sé que algunas cosas mejoraron. En este año que pasó, para mí lo más positivo fue la solución para los obreros de MBM (Mado-Delicia) y de la pastera de Piray. (Lo de los tareferos de Montecarlo y Oberá todavía está en veremos…) La creación de la Diócesis de Oberá. Y en lo político, que los K ya están de capa caída. (¿Qué pasará con los R?) Pero, en general, el ánimo de nuestra gente no mejora. No se hallan.
Y esto a pesar de que los misioneros (y los paraguayos) somos naturalmente optimistas.  -¿Mba´éixapa. Xe guaymi? (cómo está), -le decía a una abuelita pobre, pobre, que se estaba muriendo. -Iporante! (lo más bien). Iporá itereí, (demasiado bien!)  Si le preguntás a un misionero, es probable que te diga: Todo bien, aunque lo esté pasando remal.
El Gobierno lo sabe, y por esto, según la Renovación, en la provincia está todo bien. Todo lo hacen bien.   Aunque de Buenos Aires no nos manden la coparticipación, o la regateen cada vez más. Aunque nos pasen por encima con lo de Garabí y Corpus. Aunque tengamos más pobres y enfermedades de la pobreza. Y ahora la inseguridad y la violencia como en la capi. Por más que no haya fuentes de trabajo genuinas, y que los chicos estudien, (o no estudien), sin saber para qué. ¡Todo está bien!!
Yo dije muchas veces que lo primero que hay que hacer para empezar a cambiar las cosas es reconocer lo mal que estamos. Pienso que sería bueno que en este inicio del año empezáramos a sincerarnos un poco más. Ver cuáles son nuestros principales problemas y por dónde se les puede aplicar una solución.
En Eldorado se ha propuesto dar a conocer lo que ganan los empleados públicos. No está mal, y de paso nos enteramos lo que ganan los ñoquis, los punteros políticos, etcétera. Si se hiciera un poco de limpieza, seguramente que mejorarían las finanzas de muchos municipios, que dicen que están en rojo. ¡Antes que se quemen!  Es sólo un ejemplo de lo que tendría que empezar a cambiar. Dios quiera que este año de 2010 sea mejor para todos Ustedes.

 

 

Joaquín Piña Batllevell
Obispo Emérito