Que la inocencia nos valga para confiar en que todavía hay políticos, funcionarios, empresarios y comerciantes honestos que buscan el bien común y cuando toman sus decisiones, que afectan a muchas personas, no piensan solamente en sus propios intereses.
Que la inocencia nos valga para ilusionarnos con que aún quedan periodistas, médicos, electricistas, abogados, mecánicos, contadores, carpinteros, licenciados y técnicos varios que lleven una vida digna con lo que ganan por los servicios que prestan a otros desde sus saberes, sin intentar sacar provecho de la situación de poder en que los colocan sus conocimientos. Que la inocencia nos valga para estar convencidos que es posible que en Misiones nadie pase hambre y todos tengan acceso a la salud, la educación y una vida plena y feliz. Que la inocencia nos valga para descubrir que hay cosas mucho más importantes que el dinero. Que la inocencia nos valga para creer que en el 2011 electoral que se inicia algún candidato podrá llevar adelante el proyecto de país con el que soñamos y vayamos esperanzados a darle nuestra confianza con el voto. Que la inocencia nos valga para ver que todavía hay gente ocupada por el bien de su prójimo. Que en el Día de los Inocentes, nos demos el lujo de caer en alguna de esas bromas, en las que ya nadie cae, porque no se cree en casi nada. Como la noticia de que un tren urbano unirá Itaembé Miní y Villa Cabello con el centro de Posadas (Pág. 9) que no es cierta, pero sería muy bueno que suceda.
Que la inocencia no se nos esfume, aunque ya no seamos niños, y nos valga para esperar un 2011 excelente para todos.
María Marta Fierro