Brindar alimentos en forma precoz a los bebés incrementaría el riesgo de obesidad

Domingo 13 de febrero de 2011 | 14:00hs.

Una investigación de la que participaron más de 800 niños consignó que recién después del cuarto mes de vida -y hasta el sexto- es conveniente empezar a darle a los niños cereales, lácteos o frutas. Los científicos concluyeron que la incorporación de estos alimentos antes de ese tiempo y, la interrupción de la lactancia, incrementan cuatro veces la posibilidad de presentar obesidad a los tres años de vida. 

 

Los niños alimentados con fórmula y los que comienzan a recibir alimentos sólidos antes de los cuatro meses de vida son más propensos a ser obesos, en comparación con los bebés que al menos durante los primeros cuatro meses se alimentan exclusivamente con leche materna.

 

Ésta es la principal conclusión de un estudio del que participaron 850 bebés (y sus mamás), que se extendió durante tres años y cuyos resultados integran la reciente edición del journal Pediatrics. 

 

 

La incorporación de alimentos sólidos, un tema que influye a futuro

 

"Los padres deben comenzar a introducir alimentos sólidos recién después de los cuatro meses, y hasta los seis. Esto sin dudas contribuye o contribuiría a bajar las cifras de obesidad infantil", expuso la doctora Susanna Huh, integrante del Hospital de Niños de Boston, en Estados Unidos y una de las líderes de la investigación.

 

 

Detalles sobre el estudio

 

Para poder establecer si el momento de introducción de alimentos sólidos influye en el peso a futuro de los niños, el equipo de Huh investigó a 850 bebés cuyas madres debieron responder -cuando ellos tenían seis meses- en qué momento habían comenzado a darles lácteos, frutas o cereales.

 

Asimismo, cuando los niños tenían tres años, el equipo les midió el peso y la altura para determinar si eran obesos (considerando los parámetros del Índice de Masa Corporal, y pensando qué es lo adecuado o ideal para cada edad).

 

"En los bebés alimentados en base a leche materna durante por lo menos cuatro meses, la edad de introducción de sólidos en la dieta no influyó en la posibilidad de desarrollar obesidad para los tres años. Sin embargo aquellos que desde el principio habían consumido fórmula o que a los cuatro meses ya dejaron de recibir leche materna y comenzaron a comer sólidos tenían cuatro veces más posibilidades de tener problemas de sobrepeso al llegar al tercer año de vida", consignaron los investigadores.

 

"Los padres tienen que tener en cuenta que es fundamental aprender sobre estos temas porque la manera en que uno alimenta al bebé y la forma en que éste aprende a comer influirán en su posibilidad futura de ser obeso", finalizó la doctora Susana Huh.

 

Por su parte, al ser consultad, Manuel Rocca Rivarola, médico pediatra, jefe del servicio de Pediatría del Hospital Universitario Austral (HUA) indicó que "aunque lo idea es la leche materna, y preferentemente a demanda, hay casos en que eso no puede darse. Para esas situaciones es fundamental seleccionar la mejor leche de fórmula que pueda reemplazar a la leche materna".

 

"Esto es importante -remarcó el doctor Hugo Ghiani, presidente de la Asociación Argentina de Alergia e Inmunología Clínica (AAAeIC)- porque además la leche materna es un importante factor de protección si pensamos en la alergia alimentaria, patología tan frecuente en los más chicos, y cuya incidencia muchas veces tiene que ver con la incorporación demasiado repentina de ciertos alimentos controvertidos".