La compleja situación por las cenizas se agrava, además de los problemas con el suministro de electricidad y agua, cerca de 3.000 personas, del total de 11.087 habitantes de la ciudad de Villa La Angostura, decidieron dejar sus viviendas. El gobernador de Neuquén Jorge Sapag, declaró ayer a Villa La Angostura como zona de "desastre y emergencia económica y social". Esto, sumado a la resolución Nº 0762 del Consejo Provincial de
Educación, que dispuso el receso invernal para todos los
establecimientos educativos de distintos niveles y modalidades de
enseñanza a partir de anteayer y por más de un mes, aceleró la decisión
que algunos estaban postergando.
Sin embargo, la situación no es fácil. Las familias se dividen y
mientras las mujeres y los niños parten hacia casas de familiares, los
jefes de hogar se quedan por sus trabajos y para cuidar sus propiedades
según informa un matutino.
Y entre los que se quedan están los voluntarios que acuden de manera
diaria para conformar grupos de ayuda a quienes no pueden limpiar techos
o casas. Las organizaciones de la ciudad también aportan su personal y
las fuerzas de seguridad como el Ejército, que desplegó 110 hombres y 40
vehículos.
Por otra parte, un equipo de psicólogos sociales del Ministerio de Salud llegó anoche a Villa La Angostura para dar contención terapéutica a la población afectada por el chileno. Los profesionales arribaron anoche a esa comarca neuquina
para evaluar en territorio las necesidades psicológicas de las
personas que vieron modificadas sus condiciones de vida por la
persistente caída de cenizas.
La proximidad de la villa neuquina al complejo volcánico
chileno de El Caulle, de apenas 40 kilómetros, hizo que allí se
registrara la mayor caída de cenizas, arena volcánica y otros
materiales piroclásticos, por lo que entre otros inconvenientes no
hay clases desde el 6 de junio pasado.