Los Codiani y el legado de la pasión por el tenis

Domingo 2 de enero de 2011

El maratonista Zabala, el quíntuple campeón Fangio, los jaques de Najdorf, el hándicap de los Harriot y los birdies de De Vicenzo. Las piñas de Monzón, la gran Willie de Vilas, los dobles de Finito Gehrmann y el pedaleo de Curuchet. Los remos de Demiddi, las brazadas de Nicolao, la gambeta de Maradona y la volea de Sabatini. Los drops del puma Porta, los palazos de la leona Aymar.  Cuando dos compatriotas enlistan con orgullo a los “embajadores de la argentinidad”, descubren, casi en competencia, que los apellidos de deportistas son mayoría.

 

Los Codiani en Misiones
Nadal y Federer tienen suerte: si no fuera que sólo “jugadores-individuos” rankearan en el selecto olimpo del tenis mundial, no serían top-ten. Porque si se tuvieran en cuenta, en cambio, los sets ganados por una “dinastía de tenistas” y se otorgase puntaje a una familia por sus luchas en semifinales y sus triunfos de torneos, los Codiani, de Posadas, serían los primeros del mundo. Buchy (76), Karina (43) y René (19) son abuela, hija y nieto, acreditan de punta a punta más de 50 años en los courts de toda latitud.
Esta es su historia. Los Codiani, singlistas misioneros, alcanzaron alternativamente a lo largo de ese medio siglo méritos dignos del Guiness: precocidad y habilidad, records provinciales, reconocimiento nacional, duelos con Gabriela Sabatini y futuro promisorio. Aún hoy, siguen, en distintos niveles, dándole a la raqueta.

 

Comienza la leyenda

Su lema es: Ningún partido está perdido hasta que no caiga la última pelota. “Buchy” Claro de Codiani, con sus frescos 76 años asiste en el peloteo a su nieto René.
“Mi padre, recuerda Buchy, me impulsó siempre a la práctica del deporte. Jugué al básquet hasta la adolescencia, y desde 1956, me inicié en el tenis competitivo bajo la guía de Panchito Sánchez. Entrenaba en el Itapúa, y jugué torneos en todo el NEA, en Paraguay y en Brasil hasta los años 70. Fui número 1 de la provincia, capitana del equipo del Rowing, delegada de de la Federación misionera y de la Asociación argentina ante la Confederación sudamericana. Entrené a mi nieto desde muy chico, y hasta ahora lo ayudo cuando practica…”.

 

Aquella princesita misionera
Karina es hija de Buchy y Horacio Codiani. Debutó a los siete años, fue número 1 en el ranking nacional y número 2 del mundo, en Infantil. Entre 1981 y 1984 fue la sombra negra para Gabriela Sabatini, a quien derrotó en distintas fases de torneos; jugó en los Estados Unidos hace exactamente 33 años (diciembre de 1978) y perdió en polémica semifinal frente a la favorita de Nueva Jersey. Fue contemporánea de Patricia Tarabini, Mariana Pérez Roldán, Ivana Madruga y Mercedes Paz, con quienes formó invencibles parejas en dobles. Esta página resultaría estrecha para detallar además sus campañas provinciales y nacionales. Karina, orgullo de los misioneros, hoy reside en Buenos Aires, es profesora nacional de tenis y árbitro. Entrena a su hijo René.

 

La leyenda continúa
René Yegros Codiani es hijo de Karina. Tiene 19 años, es zurdo, se especializa en cancha de polvo de ladrillo y sus ídolos son Coria, Agassi y Nadal.  Juega desde los 10 años, fue número 1, representó al tenis infantil de Misiones alzando trofeos y desde hace unos años entrena en Buenos Aires. “Mi abuela, cuenta René, me enseñó a jugar a escondidas de Karina primero en una cancha de padle, y después peloteaba en una cancha de tenis. Ella me enseñó a pegarle a la pelota. Después le pedí a Karina que me dé clases y no podía creer mi evolución. Cuando estuve listo empecé a jugar torneos en categoría infantil y después en menores.” En el 2003, con 12 años René ya había ganado siete torneos. Actualmente entrena en el Club Ciudad de Buenos Aires a las órdenes de Alejandro Cernícola, Pablo Bianchi y su madre Karina y los preparadores Fernando Iribarren y Pablo González.
“Entreno de lunes a viernes, desde las 9 de la mañana. Hago una hora de preparación física y dos de tenis. Retomo a las 13.30 con otras dos horas de tenis y cierro con una hora de preparación física. En total entreno seis horas por día. En 2011 termino la secundaria; curso semipresencial  a través del Sipted.” En 2010 René participó de torneos en Asunción, en Encarnación, en Foz do Iguazú y en Uruguayana, triunfando sobre rivales invencibles o cayendo dignamente en las finales. En junio se adjudicó el torneo provincial de Mayores y en noviembre integró la fase clasificatoria del 10º torneo de esta categoría junto a Eduardo Ramírez, Sebastián Losavio, Gustavo Vellbach y Franco Echenique.

 

La evolución de René
“Ringo Bonavena decía: Todos son muy amigos pero cuando subís al ring hasta el banquito te sacan. Sin embargo al boxeador, abandonado a su suerte en el páramo del ring, le queda un consuelo: cada tres minutos, al toque de campana, lo asiste su coach en el rincón, lo refresca, le da instrucciones, le reporta defectos propios o le descubre ventajas al rival. En síntesis: es la del entrenador, una mirada más. En cambio el singlista de tenis debe resolver sus tácticas en soledad; no le está permitido recibir asistencia técnica alguna en la cancha, cosa que si se descubre se pena severamente”, resume Horacio Codiani, y viene a colación de lo que explica su nieto, el juvenil tenista:
“Siento que evolucioné mucho este año sobre todo en dos cosas: concentración y lectura del partido. En el primer caso vengo realizando un ejercicio que me permite jugar más relajado, sobre todo cuando hay mucho público, lo practico antes de entrar a la cancha o en algún “entretiempo”. En el segundo caso, descubrí que puedo desdoblarme, cambiar mi táctica si veo que no me viene dando resultado. No es tan fácil como parece, es preciso ser objetivo y toda desición debe tomarse en soledad. ¿Los beneficios? Antes me costaba mucho remontar dos sets en desventaja, ahora no sólo me sobrepongo, sino que he ganado partidos empezando mal. ”

 

Sin descanso
“La semana que viene comenzaré la pretemporada, adelantó con gran entusiasmo René, voy a entrenar como siempre hasta fin de mes. “En febrero arranco con los torneos del 2011”, concluye René, quien seguramente seguirá sumando trofeos en la vitrina familiar.
Sin embargo la política de apoyo estatal al esfuerzo de los deportistas de las provincias - que son justamente por cuestiones geo-económicas, quienes más lo requieren - se ha contraído.
Para que sea oportuna, casi una como medida correctiva, el apoyo debe ser brindado a tiempo, es decir cuando los jóvenes están en la cresta de la ola (aparte de la edad; estado civil, mente, físico), después, invariablemente, todo resultará tardío en la veloz dinámica, casi científica, de la alta competición.

 

 

El esponsoreo en el tenis

Se retiró Hartfield y sólo queda un misionero, el Chucho Acasuso. Los progresivos pasos de René, y los de otros jóvenes tenistas misioneros, se tornan cada vez más onerosos; son muchos los gastos en materia de elementos (raquetas, zapatillas, raquetas, encordados) estadía (hoteles, alimentación, viáticos, estudios), y las inscripciones y las matrículas cotizan en dólares.  Realmente es dificilísimo no abandonar por esta causa y no perder tanto sacrificio sembrado, es cierto: se requiere ayuda pero a veces el esfuerzo y la proyección de un deportista joven, su verdadero gran capital, no son bien interpretados por los entes deportivos oficiales cuya asistencia se dilata.
Sean nacionales, provinciales o privados, los sponsors son esenciales en la carrera del tenista profesional. 

Javier Arguindegui