Una activista del feminismo se infiltró en una iglesia de Alemania donde daba misa el arzobispo alemán y ocasionó un escándalo al mostrar sus pechos a los asistentes.
Una mujer no identificada, activista de la organización Femen, llevó a cabo un escandaloso acto de protesta durante la misa de Gallo previa a la Navidad que brindaba el arzobispo alemán, cuando se paró sobre el altar con la frase "Soy Dios" escrita sobre sus pechos descubiertos.
La mujer había logrado ingresar a Catedral de Colonia enfundada en un saco de cuero y se fue acercando lentamente al altar para provocar la consternación general al subirse al altar despojándose de su abrigo y quedando casi completamente desnuda, cubierta solo por una tanga de color negro, mientras gritaba de diferentes consignas feministas.
Rápidamente, varios de los asistentes lograron hacerla bajar del promontorio y, tras cubrirla con un saco, la entregaron a las autoridades policiales quienes la encerraron bajo los cargos de "alteración de práctica religiosa" y "allanamiento de morada", mientras que ella respondió las acusaciones con una por "lesiones físicas".