Dos mujeres y un hombre que dijeron ejercer la prostitución permitieron ayer que enfermeras les cosieran los labios en una medida de apoyo a las protestas de médicos de los servicios públicos que rechazan desde hace un mes un incremento de dos horas en sus jornadas laborales ordenado por el gobierno del presidente Evo Morales.
Otras ocho mujeres, que también dijeron ser prostitutas, iniciaron una huelga de hambre en la misma sala del hospital de la ciudad de El Alto, vecina a la capital boliviana, donde las otras tres personas se hicieron coser la boca. “Las trabajadoras sexuales necesitamos atención médica con calidad y calidez “, dijo Nelly Cortez en representación del grupo.