Bebé sufre una extraña enfermedad y la familia pide asistencia médica

Martes 25 de octubre de 2011

La historia de Lucas conmovió al país el lunes 14 cuando emitieron por América un informe de Investigación Límite sobre malformaciones producidas por agrotóxicos utilizados en las plantaciones de tabaco. Lucas sufre de ictiosis, una extraña enfermedad cutánea de origen genético que provoca que la piel se vuelva seca y escamosa, como la de un pez. Su papá Arnaldo recuerda que “cuando nació, los médicos dijeron que tenía problemas en la piel. Nació en Alba Posse, pero lo derivaron a Oberá, donde quedó internado hasta los tres meses de vida. Lamentablemente desde que nació tiene esa enfermedad y probablemente la va a tener para toda la vida. Eso no tiene cura”, contó a El Territorio.
“El drama de Lucas es que no tiene poros, no transpira. Normalmente el cuerpo de él es más caliente que el nuestro. Se le va aflojando todo. Los brasileros dicen que es igual a las escamas de los pescados. Cuando lo bañás queda lisa, pero al rato vuelve a secarse. Es una criatura normal, pero va pasando el tiempo, tiene que tener un cuidado especial. Ella (la madre) no puede hacer nada, sólo cuidarlo. No puede salir a hacer ningún trabajo porque tiene que bañarlo a la mañana, al mediodía y a la noche. Tiene que pasarle vaselina y cremas para que siempre tenga humectada la piel porque se raja mucho porque no tiene humedad”, explicó.
La familia Texeira vive en una chacra ubicada en Colonia Alicia Baja. Lucas vive con su papá, su mamá y tres hermanitos, de 11, 8 y 3 años, completamente sanos. Su vivienda de madera no está preparada para los días de calor que se aproximan y necesitan de la  solidaridad de la gente para poder “llegar a un especialista de piel, porque nosotros no tenemos obra social, no tenemos nada. Lo que saco con los trabajos se los doy a ellos para que no les falte nada. Llevarlo a un especialista de piel sin un mango es bastante difícil porque en el Hospital de Posadas no hay”.

“Nadie me dijo que la enfermedad de Lucas sea causada por los agrotóxicos que utilizamos para el tabaco, pero como los otros tres chicos son sanos, pensamos que puede venir por ese lado. Acá los venenos se pasan todos con mochila. Tratamos de que los chicos no se acerquen cuando estamos fumigando, pero a veces salen”, contó.
Arnaldo trabaja tres veces por semana en la fábrica de quesos de Colonia Alicia y los otros días se alterna entre las plantaciones familiares y changas particulares para cuidar tabaco. “Antes ni ganaba la asignación de la gurisada, ahora eso nos ayuda un poco”, indicó.
Antes de casarse, tanto Arnaldo como la mamá de Lucas, Roxana, trabajaban parejo en las plantaciones de tabaco. “Después vino nuestro primer hijo, Juan, y mi mujer dejó de hacerlo, pero siguió trabajando porque en la chacra la mujer tiene que ayudar porque sino no alcanza. En la chacra hace cuatro años que dejamos de plantar tabaco, pero yo sigo trabajando de peón en otras chacras porque uno se tiene que ir defendiendo como puede”, señaló Arnaldo.
Pero a pesar de tener la firme voluntad de alejar a los niños de los venenos, a sólo pasos de la casa de los Texeira hay plantado tabaco.
Hoy Lucas camina en su andador, se ríe y juega sobre la pequeña galería que tiene en su casa, pero, con un nudo en la garganta, Arnaldo piensa “cómo será el día de mañana cuando Lucas quiera salir afuera a jugar con sus hermanos que me acompañan a todos lados, andan por el sol, se embarran y juegan bajo la lluvia. Lucas no pueda hacer nada de eso. Sólo pensarlo me da mucha tristeza”.

 

 

Ellanara tiene dos columnas vertebrales

 

COLONIA ALICIA BAJA. En el interior de la provincia de Misiones, localidades como San Vicente, El Soberbio y Colonia Alicia presentan cada vez más los niños que nacen con malformaciones a consecuencia de la alta exposición de las madres a los agroquímicos utilizados para fumigar el tabaco.
Ellanara Soledad Rodríguez es una niña de 7 años de Colonia Alicia Baja que sufre de una rara malformación en la columna vertebral. Su mamá, Patricia Da Silva, contó a El Territorio que “ella viene desde que nació con una pierna más corta que la otra y hace un mes se le descubrió que tiene dos columnas”.
Su informe médico describe que “se visualiza pérdida de la altura de cuerpos vertebrales cervicales encontrándose ligeramente rotados impresionando megaapófisis transversa izquierda en los últimos cuerpos vertebrales cervicales a valorar con antecedentes ausentes al momento del presente informe, no descartándose la enfermedad de Klippel-Feil”. No se conocen casos similares en el mundo.
“Un traumatólogo de Oberá me dijo que sí o sí la tengo que llevar a Buenos Aires para ver, si no se le va a complicar más tarde. Nosotros le hicimos placas de las piernas y de la columna, tenemos todos los estudios de ella y con eso estamos trabajando para ver lo que podemos hacer. Todavía no sabemos si le van a tener que poner algo para moverse”, dice.
En apariencia, Ellanara es una niña normal. “Se lo descubrimos porque tiene una pierna un poco más chica y el médico nos dijo que ella tiene una parte del cuello más corto y no puede girar la cabeza. Cuando la llevamos a Oberá, el pediatra le hizo una placa y un traumatólogo lo descubrió”.
Pero a pesar de los problemas que tiene, ha desarrollado una gran capacidad para aprender divisiones, multiplicaciones y se desempeña perfectamente en la escuela. “Ella es una chica como cualquiera. No le molesta, no se queja de nada y juega como cualquier otra criatura. Lo único que me dijo el médico es que no podrá trabajar en la chacra, que sí o sí va a tener que conseguir un empleo”, explicó.
Pero el problema más serio que hoy tiene Ellanara es que proviene de una familia de bajos recursos a la que le resulta muy difícil acceder a una consulta médica en Buenos Aires.
“Yo cuido tabaco, alimento las vacas, todo eso yo hago y mi marido también. Lo que más necesitamos es llevarla a Buenos Aires para hacer los estudios, para que no pase más tiempo sin tratarla”, agregó. z