Pájaros en la cabeza y lápiz al papel

Viernes 18 de octubre de 2019 | 02:00hs.
Agustina Rella

Por Agustina Rella sociedad@elterritorio.com.ar

Una de las primeras acciones que realiza un niño es agarrar un lápiz y garabatear. Si bien no es hasta el inicio en la escolaridad que se comienza a encauzar la habilidad de dibujar y escribir, muchas veces la incorporamos antes de caminar. Así también el mundo ilustrado nos rodea desde bien pequeños, en cuentos infantiles, historietas y dibujos animados.
Hoy, la ilustración sigue presente en cientos de plataformas, se reinventa e incluso cobra más popularidad y relevancia. Avisos publicitarios en el transporte público, murales y series de televisión son sólo algunos ejemplos de espacios donde encontramos sublimes ‘garabateos’. 
En esta línea, Maco Pacheco es uno de los que erige la tradición del dibujo en la provincia y, mientras lleva adelante novedosos proyectos, se retrata como un dibujante de alma.
“No puedo estar sin dibujar. Creo que no exagero si digo que para mi dibujar es como respirar”, grafica Pacheco al decir que en su vida la ilustración es lo primero. “El mundo se me vuelve aburrido si no dibujo”, agrega, al tiempo que entiende que parte de este nuevo revival del dibujo se debe, más allá de una recuperación artística y una moda, a que es “la manera más fácil de expresar una emoción”.
Así, en un contexto virtual, donde las palabras se retraen frente a ‘emojis’, Maco subraya que “los memes son algo muy fuerte, entonces a partir de ahí es una derivación casi lógica que se use la ilustración para todo”.
Creatividad dispuesta para hacer chistes virales, también se utiliza para hacer un logo animado, para explicar conceptos (como en las infografías) y otros usos.
“Es como que podés simplificar y además hacer más lúdico todo. Parece más simpático todo con un dibujo”, responde Maco y resalta que la ilustración va bien a tono con estos tiempos. “También viene con esto de la ludificación de la vida que hay ahora” acierta. El trabajo, la familia, las empresas, el estudio está ludificado. “Hay colores más alegres, logos con más movimiento”, explica Maco sobre este paradigma.

En el mundo audiovisual
En medio de un paisaje lúdico y lleno de ‘pájaros en la cabeza’, Maco pone a punto dos grandes proyectos audiovisuales, tras haber sido parte también del armado de un videojuego que se desprendió de la película Carasucia, con la magia de la naturaleza, de Gastón Gularte.
Convocado por el realizador Elián Guerín, Pacheco se sumó a la propuesta de llevar el cuento de Sebastián Borkoski Cetrero nocturno a la pantalla como un corto animado. Aunque dibujante y realizador no tenían una relación aceitada con los años, como sí lo era la de Pacheco y Borkoski, se unieron en una fusión creativa que dio origen el año pasado al Estudio 2527. 
Allí, buscan desarrollar proyectos audiovisuales experimentales, con stop motion, realidad aumentada y audiovisuales para distintos soportes, según detalló Pachecho, que está encantado con “la energía con la que se trabaja”. 
De este modo es que una idea del dibujante también está por ver la luz en las pantallas. Nacida de un autoretrato y con una historia pensada en principio para un libro de cuentos, ahora Pájaros en la cabeza también será un corto animado. Las dos iniciativas tuvieron el primer impulso de la Beca Creación del Fondo Nacional de las Artes y además Cetrero fue premiado por el Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales (Incaa) en la categoría “Cortometraje de animación regional” para la realización íntegra de un cuento adaptado en 2D.
Casi como símbolo unificador de estas dos producciones, sobrevuelan las aves como protagonistas.
En Cetrero una urraca socorre a su amigo  un sereno con problemas económicos. Así se vuelven cómplices en una serie de robos de joyas. En Pájaros... en tanto, un joven debe convivir con una bandada en su cabeza que, con un trino ensordecerdor, no le permite estar atento a su alrededor. Un poco autobiográfica, la historia está en plena pre producción y pretende, según Maco, abrir la jugada no sólo al entretenimiento  sino también a la reflexión “sobre todo el sentido de tener pájaros en la cabeza, algunos creen que son sueños, proyectos, otros lo relacionan con personas distraídas”.
Con estos proyectos rondando en la cabeza -se espera que Cetrero pueda ver la luz en marzo y Pájaros... a fin de 2020- Maco Pacheco continúa su recreativa tarea de ser un profesional del dibujo.
“Creo que no lo elegí como profesión, sino que fue por decantación. Sinceramente, no me imagino haber sido otra cosa, haciendo otra cosa” cerró Maco.