Para llegar a fin de mes, más familias postergan el pago de servicios y consumos

Domingo 5 de julio de 2020 | 03:00hs.
Victor Piris

Por Victor Piris vpiris@elterritorio.com.ar

Un reciente informe nacional advirtió que casi 9 de cada 10 familias argentinas terminó junio con alguna deuda sin cancelar para poder llegar a fin de mes. Entre el endeudamiento se destacó la suba de deuda no bancaria (impuestos, servicios públicos y privados) que se dejaron de lado para garantizar otras compras esenciales en el marco de la continuidad del aislamiento social preventivo y obligatorio. 
Desde Misiones se apuntó que además de impuestos y servicios, las familias fueron modificando hábitos para priorizar gastos. Así se apuntó a dejar en segundo o tercer plano los vencimientos de algunos impuestos, el pago de servicios públicos (luz, agua) y privados (educación, salud, seguros, etc.). Pero también se postergó la compra de indumentaria y se modificaron gastos en alimentos para hacer rendir los ingresos. 
“El endeudamiento es desesperante, sobre todo para las familias que tenían un pequeño negocio, son monotributistas o profesionales que en su momento no podían trabajar. Eso generó un agujero en los ingresos que se sintió. Hubo mucha gente que tuvo que endeudarse”, comentó Adrián Torres, de la asociación de inquilinos de Misiones. 
Recordó que en el caso de los asociados que conoce, tras el pago del alquiler y otros gastos esenciales, las familias tuvieron que atrasarse en varios servicios. “Se retrasan en las cuotas de la luz, algunos en las cuotas de las escuelas de los chicos. Son deudas que se afrontan porque saben que van a tener alguna facilidad para ponerse al día. Después, todo lo que sean impuestos paso al último lugar en las prioridades. Y también hay mucha restricción en lo que antes se gastaba con las tarjetas de crédito”, se recordó.
También detalló que el consumo cambió notablemente para generar ahorros.  “Se deja de consumir o se baja la calidad de consumo. Si antes se compraba un asado cada 15 días, ahora es una vez al mes. Se restringe bastante el gasto mensual, ropa por ejemplo, se deja de comprar. Hoy la gente le apunta a mantener el cable, el servicio de internet, las cosas básicas para que los chicos estén conectados y puedan desempeñar su tarea. También se prioriza tener pagos los celulares; es la nueva recreación que hay ahora”. 

Educación y servicios
Entre los servicios que fueron quedando impagos desde los hogares se reconoce que las cuotas de la educación privada son uno de los abonos más afectados. “En la escuela nos dijeron que sólo el 30% de los padres estaba cumpliendo regularmente con la cuota. Fue empeorando desde que empezó la cuarentena”, comentó esta semana una madre posadeña que envía a sus dos hijos a una escuela pública de gestión privada. 
Vale recordar que los establecimientos educativos promovieron el mes pasado descuentos (de diversa importancia) para que los padres pudieran cumplir con las matrículas de sus hijos. Pero aun con las quitas, la cantidad de morosos siguió en aumento.
A nivel nacional el ministro de Educación, Nicolás Trotta, corroboró el viernes que el nivel de morosidad registrado en los colegios privados “es muy elevado” y llegó a marcar hasta un 80% de saldo negativo en algunas instituciones.
“Estamos en un momento de enorme excepcionalidad. El nivel de morosidad es muy elevado: 70 por ciento y en algunos casos asciende hasta el 80 por ciento”, detalló el funcionario nacional en diálogo con Canal 13. 
Por otra parte, el servicio eléctrico fue uno de los tantos que sufrió un incremento en la morosidad por los problemas y escasez de recursos que generó el aislamiento desde fines de marzo. Así hasta el mes pasado en algunas localidades misioneras el nivel de morosidad superó en algunos casos el 50 por ciento de las cuentas.
Pedro Anderson, presidente de la Cooperativa Eléctrica de Oberá (Celo), explicó ayer que si bien legalmente están habilitados para realizar cortes a los morosos, la intención es evitar dicha instancia, al menos hasta el 31 de julio. También precisó que en las primeras semanas de la cuarentena se registró una sensible merma en la recaudación, aunque la misma se fue normalizando y actualmente la gran mayoría de los socios están al día. 

Menos gustos en alimentos
En la última semana, Lucas Kerps, gerente de un supermercado mayorista y minorista en Posadas, dialogó con Radiactiva FM y contó casos de cómo el consumo se muestra mucho más prudente entre su clientela. “Ha cambiado el consumo porque mucha gente redujo sus ingresos y busca estirar la billetera y comprar alimentos de primera necesidad. Hubo productos de primeras marcas en los que se notó más la caída”.
Entre los alimentos que fueron quedando relegados en consumo apuntó el caso de las gaseosas y las golosinas, que se fueron relegando y hoy generan escasas ventas. “Las golosinas se vieron muy perjudicadas. Gran parte del consumo de estos productos se afectó por el hecho de que los chicos no estén yendo a la escuela y eso afecta enormemente a su consumo”.

El ajuste creció desde abril
La cuarentena, que obligó a los argentinos a “quedarse en casa”, está produciendo cambios que impactan en una caída en consumos de bienes y servicios. Según un trabajo de las consultoras D’Alessio Irol y Berensztein, antes de abril se registraba una baja del consumo en 7 de cada 10 hogares. Los cambios revelaban entre otros el pasaje del consumo de carne al de las harinas. 
Pero hacia junio como subproducto del Covid-19 la modificación de los consumos es aún más drástica (cambio de primeras a segundas marcas, de comprar comida elaborada a los ingredientes para cocinar en casa, abandono de servicios vinculados con la comodidad doméstica). Un punto muy interesante es que en este momento la tendencia a la baja ya no es patrimonio exclusivo de los de menores ingresos: se mantiene en todos los niveles socioeconómicos.
Según el sondeo, realizado en 2.236 encuestados, es posible que muchas de las actuales “reducciones” se mantengan cuando termine el aislamiento forzoso, piensan evitar los lugares con mayor contacto y/o concurrencia, viajes en avión. La principal barrera es el temor que subsistirá al contagio. Pero, también son limitantes muy importantes tanto el impacto que ya sufrieron sus ingresos como su temor ante el futuro.
En tanto, este mes, sólo la mitad (47%) de los argentinos manifiesta que tiene algún proyecto que implica dinero. El que recibe mayor adhesión es el de proyectar alguna compra relacionada a mejorar su casa (27%), tomarse vacaciones (20%), y el tercero no es “un gusto”, sino la imposición pagar o al menos achicar sus deudas (12%).
El confinamiento obligatorio ha repercutido además en el favorecimiento de actividades hogareñas, siendo la principal la asociada con la cocina (con mayor destaque entre millennials). En segundo lugar, se posicionan aquellas pensadas para una mejor organización y planificación de la relación entre ingresos y egresos, así como de la casa en su totalidad.
Son los adultos mayores quienes muestran mayor cantidad de cambios y/o ajustes en los ingresos familiares.

Endeudarse para poder pagar servicios

Juan Márquez trabajó casi 20 años en un supermercado y hace poco menos de una década decidió independizarse en Oberá. Abrió una despensa en Villa Blanquita y comenzó a “remar”, como graficó, consolidando una clientela en base a buenos precios y atención dedicada. En el negocio lo ayudan su esposa y su hija mayor, por lo que no tiene empleados. De todas formas, como a tantos pequeños comerciantes, las restricciones por la pandemia le ocasionaron un enorme perjuicio económico. En ese contexto, mencionó que la facturación se redujo a un 30 por ciento del promedio que tenía, por lo que tuvo inconvenientes para pagar los gastos fijos, como alquiler y servicios. “Hasta abril cubrí con algo de ahorros, pero después me empecé a atrasar. Cuando salió la noticia que no podían cortar la luz me acerqué a la Celo (Cooperativa Eléctrica Limitada de Oberá), pero me dijeron que la provincia no se adhirió y que pueden cortar. Así que no me quedó otra y tuve que sacar un préstamo para pagar los casi 20.000 pesos que me viene por mes”, detalló Márquez, angustiado por la incertidumbre de cara a los próximos meses. “Pero hay que seguir, no queda otra, con la esperanza de que las cosas mejoren” dijo para animarse. Recordó por otra parte que lo que perjudicó su trabajo, fueron los cambios en los horarios donde se mueve la clientela. “Lo que más nos complicó de entrada fue el horario de atención, porque podíamos trabajar hasta las tres de la tarde nomás, siendo que nuestro fuerte es después de las cinco y hasta las diez de la noche. Al mismo tiempo, ante la incertidumbre de lo que iba a pasar, la gente fue masivamente a los grandes supermercados, que tienen mejores precios, y eso nos quitó mucha clientela”, explicó en diálogo con este medio.


Menos gastos, más deudas y con ingresos en descenso


Los ingresos de los argentinos ya tenían grandes inconvenientes al inicio de la pandemia. Según un reciente relevamiento de la consultora Focus Market, con la prolongación de la cuarentena y el aislamiento Social en el Amba la actividad económica se ha deteriorado perjudicando el nivel de ingreso y profundizando la situación social de los argentinos.
 La situación no es mucho mejor en el interior del país ya que el distanciamiento social ralentiza las actividades económicas y su desenvolvimiento con ventas minoristas un 50 % inferior a la prepandemia. 
El 70% de los argentinos gana menos de 19.800 pesos, mientras que el 10% más rico representa el 32,4% y el 10% más pobre representa el 1,4%, del ingreso total de los asalariados. 
La pandemia está dejando una situación de disminución del ingreso de los argentinos y restricción del gasto de hogares con incremento de deudas y mucha incertidumbre sobre la sostenibilidad del nivel socioeconómico de miles de familias. 
Al inicio de la Pandemia el 20% de la población tenía un Ingreso Promedio Per Cápita Familiar de 5.825 pesos, mientras que el límite de indigencia por adulto es de 5.785 pesos. 
El 45,4 % de las personas vive en Hogares donde la suma del ingreso total de todos sus miembros es menor a 46.500 pesos, que en muchos casos no alcanza para una Canasta Básica Total.
En tanto desde el Centro de Economía Regional y Experimental (Cerx) se había destacado el peso de los impuestos sobre las deudas familiares.  
“Lo más frecuente en junio continuaron siendo los atrasos en impuestos, que acumuló deudas por 185.040 millones de pesos, un 24% más que en mayo. Las familias continuaron dejando de pagar impuestos como el inmobiliario, patentes, y otros nacionales y municipales”, señala el documento de la consultora que dirige la economista Victoria Giarrizo.
Por otra parte, el informe resaltó que si bien creció poco la deuda con familiares y amigos (+1,4%), aumentó muy fuertemente las deudas con prestamistas (+12,6%), algo que preocupa por su alto costo y riesgo.


En cifra

24%

Subieron en junio las deudas impositivas de los argentinos con respecto a mayo según relevó el Centro de Economía Regional y Experimental (Cerx).