Pidieron elevar a juicio la causa por el femicidio de Vilma Mercado en Iguazú

Miércoles 8 de julio de 2020 | 03:00hs.
Vilma fue maniatada, abusada sexualmente y asfixiada con una cinta de embalar que cubrió su rostro. | Foto: Natalia Guerrero
Jorge Posdeley

Por Jorge Posdeley fojacero@elterritorio.com.ar

La causa por el femicidio de Vilma Mercado (19), perpetrado en octubre del año pasado en Puerto Iguazú, dio ayer un paso trascendental y podría marcar el inicio de un largo camino tras las rejas para el soldado Carlos Luis Leandro Villar (21), único acusado por el hecho.
La novedad tiene que ver con que, en la víspera, el fiscal Horacio Paniagua presentó el requerimiento de elevación a juicio de la causa y, de esta forma, al implicado quedó a un paso de sentarse en el banquillo de los acusados de un futuro debate oral en el cual se determinará su responsabilidad en el caso que sacudió a la provincia. 
La causa llega a esta instancia en menos de un año, período en el cual las autoridades al frente de la investigación pudieron recolectar una gran cantidad de elementos de prueba que incriminan seriamente al sospechoso, además de cumplimentar varios pasos judiciales y superar apelaciones de parte de la defensa. 
Según pudo confirmar El Territorio, en el pedido de elevación a juicio el fiscal Paniagua consideró que Villar debe responder como autor de los delitos de abuso sexual con acceso carnal real y homicidio agravado criminis causa, alevosía y femicidio. De ser hallado culpable bajo esta dura imputación, el destino de Villar parece tener un solo destino: la prisión perpetua.  
Ahora, el pedido deberá ser analizado por el magistrado Martín Brites, titular del Juzgado de Instrucción Tres de la misma circunscripción judicial, y, en caso de coincidir con los planteos del fiscal, se dictaminará la elevación a juicio del caso.
Después de ello, como marcan los pasos judiciales, el expediente deberá ser remitido al Tribunal Penal Uno de Eldorado, cuyas autoridades deberán programar fecha para el correspondiente debate oral y público en el cual Villar ocupará un lugar en el banquillo de los acusados. 

De testigo a detenido
El caso Vilma comenzó a investigarse como una desaparición de persona, ya que la muchacha había salido de su casa en el barrio Las Orquídeas el miércoles 23 de octubre y nunca regresó, despertando la desesperación y angustia de sus familiares que al día siguiente radicaron la correspondiente denuncia. 
A partir de ahí, los pesquisas fueron tratando de reconstruir los últimos pasos de la muchacha y en medio de esas labores obtuvieron el dato de que esa noche la joven tenía previsto encontrarse con un joven. Vilma les contó esto a sus compañeras, pero no reveló la identidad del sujeto y después de ello su WhatsApp estuvo en línea por última vez el jueves 24 a las 00.05. 
Finalmente, los investigadores pudieron determinar quién era el muchacho y se trataba del soldado ahora imputado, quien en esa primera entrevista con la Policía -aún como testigo- tuvo contradicciones en su relato, pero además de ello hubo otros elementos que lo dejaron definitivamente bajo la lupa: lesiones en sus manos y un chip de teléfono.
Luego de eso, allanaron su domicilio y en el lugar hallaron más elementos comprometedores, entre ellos el celular de Vilma, una soga y una cinta de embalar, objeto que tomó mayor relevancia en la causa tras el hallazgo del cadáver de la víctima, el viernes 25.
El cuerpo de Vilma fue encontrado en una zona de monte ubicada al costado de la ruta nacional 12, en cercanías de una antena repetidora de televisión y a unos 15 kilómetros del casco urbano de Puerto Iguazú. 
La muchacha tenía los pies atados con una soga y el rostro encintado, lo cual la terminó asfixiando y provocando la muerte, según estableció la autopsia practicada. La víctima además tenía las prendas íntimas bajas y se constató que había sido abusada sexualmente.
Los familiares de Vilma luego recordaron que ella soñaba con ingresar a la Gendarmería Nacional Argentina (GNA), pero luego conoció a Villar por Facebook y éste había prometido ayudarla. 
Incluso, ese jueves 24 el soldado estuvo en la casa de Vilma y expresó que quería ayudar a encontrarla, pero a medida que aumentaban los cuestionamientos hacia su accionar, incurría en contradicciones que lo dejaron bajo sospecha. 
“Él me había comentado que se iban a ver ese día, pero que ella le canceló porque al final se iba a ver con otro chico, cosa que nada que ver. Fue todo raro”, recordó en su momento María Leite, la madre de Vilma.

Causa y pruebas
Con todo esto sobre el tapete y el muchacho detenido, los pesquisas judiciales comenzaron a trabajar para transformar todos los indicios recolectados en elementos de prueba y para ello se ordenaron varias medidas cuyos resultados permitieron robustecer el expediente hasta llegar a esta etapa culmine de la investigación. 
Según indicaron las fuentes consultadas, entre los elementos clave que obran en el expediente se encuentran los estudios que certificaron que la lesión que Villar presentaba al momento de su detención era compatible con una mordedura y con la cavidad bucal de la víctima. 
Además, se constató que en una de las cintas que Vilma presentaba en el cuerpo quedaron muestras genéticas de Villar, en tanto que en la casa del soldado hallaron un preservativo con ADN compatible con la muchacha. Todo indica que ese el profiláctico fue utilizado para abusar de la víctima sin dejar pistas.
Las autoridades del caso también ordenaron otras medidas de prueba que permitieron establecer fehacientemente que tanto el chip encontrado entre sus pertenencias al momento de su detención como el celular incautado en su casa le pertenecían a la víctima. 
Incluso, las fuentes señalaron que en el expediente también se incluyeron pericias telefónicas mediante las cuales se pudo determinar que mientras Vilma ya estaba asesinada, el soldado manipuló el celular de ella para auto-mandarse mensajes de texto intentando desviar la investigación y plantando la coartada de que la víctima iba a encontrarse con otro sujeto.
Como si todo ello fuera poco, en una zapatilla incautada en poder del implicado se hallaron restos de vegetación que son coincidentes con la flora de reinante en la escena del hecho. 
Tal como publicó este matutino, a fines de junio Villar tuvo una ampliación de declaración indagatoria por videoconferencia. Él desde la Unidad Penal III de Eldorado y las autoridades desde sus oficinas. 
En esa instancia, el juez Brites le notificó la recepción del informe con los resultados positivos de los cotejos genéticos. Villar oyó todo en silencio, la cámara se apagó y volvió a su celda, donde podría pasar gran parte de su vida. 

Causa paralela

Poco después del crimen de Vilma, los pesquisas involucrados constataron que Villar además podía tener relación con otro hecho de abuso sexual registrado semanas antes y que guardaba características tan escalofriantes como coincidentes. El otro caso había ocurrido el 11 de octubre y la víctima fue una adolescente de 16 años que logró escapar de su agresor. El hecho fue denunciado, pero el autor nunca pudo ser identificado y, por lo tanto, tampoco atrapado. Tras el crimen de Mercado, los pesquisas entrecruzaron la información de ambos casos y Villar también quedó involucrado. Según se pudo reconstruir, la adolescente fue captada por un motociclista armado con un cuchillo que la interceptó mientras caminaba por Iguazú. De ahí fue llevada hasta el mismo monte donde Vilma fue asesinada. Allí fue maniatada y su agresor comenzó a encintarle el rostro pero pudo aprovechar un descuido del sujeto para escapar hacia la ruta, donde fue auxiliada por una pareja en auto. En su declaración, la víctima añadió que alcanzó a ver que el agresor llevaba una mochila del Ejército. Por este caso Villar también fue imputado y la causa continúa en etapa de instrucción, pero también está avanzada.