Energía y sentimiento son dos cualidades que definen a la
Estudiantina posadeña. El ritual se repite una vez más: atardecer...
puestos de comida que se abren y ofrecen jugos (ideales para el intenso
calor) los típicos caburé y mbeyú y opciones más potentes como choris,
panchos, pastelitos. Los padres siempre presentes, como aguateros,
modistas de último momento, vestuaristas, guardarropas y animadores se
conforman con el más fresco tereré.
Los chicos salen a la calle con mucha energía y se repitieron a
cada paso, las arengas de siempre, los pogos en medio de los desfiles y
los ya constantes alaridos de las bailarinas.
Los estudiantes posadeños viven este sábado la segunda jornada de
su gran fiesta, la Estudiantina 2019. El cuarto tramo de la Costanera es
el escenario del desfile, donde los establecimientos secundarios
participantes volverán a mostrar su coreografía que hila ritmos, trajes y
carroza.
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