Robo de yerba y ganado encabezan los delitos rurales en la provincia

Lunes 6 de julio de 2020 | 06:00hs.
Emmanuel López Del Valle

Por Emmanuel López Del Valle politica@elterritorio.com.ar

El primer semestre de 2020 se destacó por el creciente número en la producción tanto ganadera como yerbatera de Misiones. El balance, que es más que positivo, termina por consolidar a algunos de los principales motores económicos de la provincia, que mes a mes van en ascenso. Sin embargo, un flagelo también crece a la par: el robo de yerba mate y de animales.

“La inseguridad en el campo es una realidad”, advirtió en un informe la Confederaciones Rurales Argentinas (CRA) y elaboró un mapa en el que enumera los principales delitos cometidos contra el campo. Asesinato, incendio intencional, robos de maquinaria, cosecha y de bioquímicos, abigeato, rotura de silobolsa y usurpación de campos son algunos de los actos delictivos que se registraron en todo el país durante el período enero-junio. En Misiones, según señala la entidad nacional, el abigeato y el asesinato de productores son los delitos que más aquejan al sector. Allí se hizo hincapié en el crimen del colono de Santiago de Liniers, Rodolfo Weber (61), quien fue asesinado en marzo de este año mientras unos delincuentes intentaban carnear a uno de los animales de su chacra.

Por ello, El Territorio se comunicó con los referentes del sector ganadero y yerbatero para ahondar en estas problemáticas que aquejan a los rubros.
Desde la Asociación Ganadera del Alto Paraná y la Sociedad Rural de Misiones afirman que se registra al menos un robo semanal de vacas, toros y caballos en las chacras. Sin embargo, ante la imposibilidad de dar con los autores del abigeato, muchos de los productores desisten de efectuar la denuncia. Los municipios del Centro provincial son los más afectados, indicaron.

A la par, el robo de yerba también preocupa. Durante junio, al menos se constataron cinco ataques a chacras para extraer la producción en Montecarlo, Ruiz de Montoya, Andresito y Guaraní. A la sustracción de la cosecha, se sumó el robo de los plantines para la comercialización en acopiadoras. En este caso, las zonas aledañas a la ruta 14 son las más afectadas por los actos delictivos.

Preocupación en ascenso

A la par del crecimiento en el número de hacienda de la provincia, suben los casos por daños y robo.
Según comentó a El Territorio Carlos Lanari, titular de la Sociedad Rural de Misiones, “el abigeato y asesinato de productores es uno de los temas más discutidos y comentados en este trimestre, que fue uno de los flagelos que nos da de lleno”.

Si bien aclaró que no hay estadísticas oficiales, a través del diálogo entre los referentes del sector relevan al menos un robo por semana de los animales.
“El abigeato siempre existió, pero lo que ocurrió este año fue que se pasó a un delito más grave, que es el asesinato de un productor, como el que ocurrió en Santiago de Liniers en marzo. Llegamos a un punto más grave, porque hablamos de una vida y eso no se registró antes”, subrayó.

Destacó que los campos situados en inmediaciones a Fachinal y Profundidad son los más afectados por los robos de vacas, toros y caballos. En la misma línea, Montecarlo y Alba Posse son otros de los puntos con mayor número de actos delictivos contra la hacienda que se registraron en el primer semestre de 2020.

“Si bien no tenemos el mismo problema que ocurren en otros distritos, como el daño a la silobolsa, la particularidad que tiene Misiones es que hay muchos pequeños productores que cuentan con pocas cabezas de ganado. Si roban dos o tres animales, ya se perdió entre el 10 y 30 por ciento de la hacienda total”, destacó Lanari.
“A partir de ahora, tenemos un agravante y es que el abigeato desemboca en un asesinato, y eso no está contemplado en la ley”, lamentó el titular del ámbito rural.

Por su parte, Camilo Sosa, titular de la Asociación Ganadera del Alto Paraná, manifestó que “el abigeato es un flagelo del que ningún productor se salva, con metodologías que terminan dañando a la hacienda y al productor”.

Lamentó que no se apliquen penas para los ladrones de los animales y que, ante el creciente número de casos, se promovieron reuniones entre el gobierno provincial, Policía y productores para elaborar líneas de acción y de prevención.

“En la zona del Alto Paraná tenemos productores que comentan que por semana sufren al menos un ataque o robo de ganado, sin contar que hay algunos colonos que sufrieron golpes y, como el de Santiago de Liniers, que lo mataron”, dijo, al tiempo que contó que muchas de estas acciones no se denuncian ante la Policía “porque no hay un castigo o no se encuentran a los ladrones de hacienda”.

“Es una situación compleja, porque el productor va a su campo para buscar algo y siempre va indefenso, es decir, sin un arma. Al ver el robo o el carneo al animal, intenta defender su trabajo y terminan hiriendo al productor”, sostuvo.

En este sentido, insistió en la colaboración y solidaridad de los vecinos para denunciar este tipo de ilícito que, según él, afecta mayoritariamente a la zona Centro, más aún en los campos que se sitúan en inmediaciones de las ciudades.

“Sabemos que no puede haber un policía por hectárea, y además el campo es una región muy difícil de custodiar. Sin embargo, apelamos a que si los vecinos ven algún movimiento extraño o que ingresaron a algún campo, avisen para acudir con la policía”, manifestó Sosa.

Ataques y delitos al oro verde

La yerba es una de las principales producciones de la tierra colorada. El consumo en lo que va del año marca récords y, por ello, reforzó su denominación de oro verde. A la par, el hurto de yerba creció en el primer semestre del año.

Sobre este punto Julio Petterson, presidente de la Asociación Civil de Productores Yerbateros del Norte de Misiones, contó a este matutino que “el robo de yerba es muy preocupante y con una tendencia en ascenso por su buena cotización en el mercado”. Ejemplificó que 1.000 kilos de yerba representan un importe de 35.000 pesos.

Consideró que “esta situación ya deja de ser un hurto, sino un robo. Porque se roba, se daña a miles de productores que dedican horas y días enteros para la cosecha y se comercializan algo mal habido. Es algo premeditado, porque se analiza a qué productor se le roba y hay una participación de mínimo tres personas, que son las que cargan y roban la producción”. Asimismo, planteó que hay acopiadoras que compran las hojas de yerba que previamente habían sido robadas.

En cuanto a las zonas más afectadas, el Centro misionero es la más crítica. “Todas las plantas que están cercanas a la ruta 14 son el epicentro del hurto. En Jardín América y San Pedro hay muchos robos”, mencionó.

Al mismo tiempo, agregó que una tendencia que crece es el robo de las mudas y plantines de yerba,.
“El robo de yerba no es un acto menor, porque unos vándalos vienen como si nada y roban el equivalente de varias semanas de trabajo y del monto total que puede recibir un productor por ese trabajo en un mes”, dijo.

Petterson, quien además es legislador provincial, insistió en la necesidad de modificar el Código Penal y cambiar la calificación, de hurto a robo, y endurecer las penas para quienes atentan contra la producción yerbatera. “Es una discusión constante, es difícil, pero apuntaremos a lograr eso, porque no sólo afecta a un grupo de productores, sino a toda la economía de la provincia”, cerró.


El mapa de la inseguridad rural en el país

A raíz del creciente número de casos de roturas de silobolsa en los distritos del Centro del país, la CRA elaboró un informe sobre la “Inseguridad en los campos del país”.
Allí indicó que la inseguridad rural afectó a 16 provincias.

Sólo en 2020, asesinatos, rotura de silobolsas, incendios intencionales, robo de maquinaria, de cosecha, de agroquímicos, abigeato y la usurpación de campos son algunas muestras de la inseguridad que sufren a diario los productores.

En Mendoza, por ejemplo, indicaron que se robaron la cosecha de 8.000 kilos de ajo a un productor.
“Son 60 aproximadamente los casos y al mes de junio hubo roturas de silobolsas, de acuerdo a información del Departamento Económico de CRA se estima que en total son 5.700 toneladas las que han sido dañadas. Además, en cada intento de recuperar el grano se pierde un 15%, sumado a que alrededor de 870 toneladas quedan sin poder recolectarse nuevamente”, precisó el informe de la entidad del sector rural.