Una vibra veraniega en Jardín América

Una vez más el polideportivo del Instituto Canossiano de Jardín América rebosó de color con el concierto de fin de año de la academia de música Génesis (antes Genius). En su 11ª edición, niños y profesores se superan con un show que crece año a año en calidad y calidez.

Con un repertorio que arrancó bien patriótico, se lucieron carnavalitos con un toque moderno en Tren del cielo, de Alejandro Lerner, chacareras y hasta autores más regionales. Siempre acompañados de elementos musicales, una escenografía acorde y la coreografía de la escuela de folclore Pasionaria, se destacaron Polkita del inmigrante (Alcibíades Alarcón y Ricardo Ojeda), Canoa Vaicha y Alegre reunión, de Daniel Stefani, y un dulce y sorprendente sonido ancestral: Che Kyvy’i, canción de la tradición mbya que perfeccionaron con el aporte de los talleres que impulsan la también jardinense Nerina Bader y Karozo Zuetta.

Ya anticipando un poco lo que se vendría en la gran apuesta de la segunda parte, los más chiquitos se despidieron a puro Candombe con Yo quiero, de Rubén Rada. Tras esas más de diez canciones, luego de un intervalo, la vibra veraniega y playera inundó el lugar con una escenografía llena de flamencos, inflables para el agua, sombrillas y tablas de surf.

Versátiles y sin miedo a nada, los profes dieron el ejemplo y con shorts de baño, anteojos de sol y aires de caribe deleitando a los presentes con una versión instrumental de Calma (Pedro Capó).

Sin mediar palabra, Silvana, Steffany, Melisa, Damaris, Jorge , Deiby, José y Gabriel dejaron las bambalinas y se hicieron protagonistas por un segundo. De ahí en adelante, niños y adolescentes colmaron de percusión, ukeleles y buena vibra el salón, a lo que sumó la destreza de la escuela de danza Activarte.

Una súper producción con carteles, actuación y elementos escenográficos puso a los chicos de entre 11 y 12 años aproximadamente a interpretar Lava you, un tema que es el eje de un corto de Pixar que cuenta la historia de amor de dos volcanes caribeños. Siguiendo la luna (Fabulosos Cadillacs) y una fusión de Tarde gris y Bastará, del Bahiano y Los Cafres, respectivamente, y el clásico Acuarela (Toquinho) les recordó a muchos los veraneos en Brasil.

Lo contemporáneo tuvo su lugar y se presume que los adolescentes (entre 13 y 17) no tuvieron que estudiar tanto las letras en temas modernos como Un año, de Sebastián Yatra, y Cinco minutos, de Lucas Sugo. Además, incluyeron el reggaeton de Diego Torres y Carlos Vives: Un poquito.