El derrame superaría el desastre del Ixtoc en 1979

Domingo 6 de junio de 2010
Sin freno. | Las tareas apenas detienen la fuga desde las profundidades. | Foto: Ap
El derrame de Ixtoc en 1979 ofreció lecciones sobre las pobres condiciones de seguridad de las plataformas petroleras en el Golfo de México. En pocos instantes la plataforma se incendió y se derrumbó dejando decenas de millones de galones de crudo brotando y los numerosos intentos de frenar el derrame todos fallaron.
Tres décadas pasaron, y aunque el derrame de 1979 en el pozo Ixtoc sigue siendo el peor de la historia, el de la petrolera BP por estos días marcha rumbo a superar el luctuoso reconocimiento.
Las similitudes entre esa tragedia y el actual derrame de BP en la misma región brindan lecciones sobre lo que cabe esperar. En Ixtoc, no hubo soluciones rápidas. Llevó diez meses parar el derrame, mientras la petrolera estatal mexicana Pemex intentaba métodos similares a los que BP aplica ahora para frenar el crudo de la plataforma Deepwater Horizon.
Pemex logró aminorar el derrame con métodos como la introducción de esferas de metal en el pozo, pero no pudo detener el crudo hasta que terminó de perforar dos pozos de alivio. Y esto tampoco funcionó de inmediato, ya que el crudo siguió saliendo tres meses después que el primer pozo fue terminado. Ixtoc derramó un total de 529 millones de litros de crudo. Enormes manchas llegaron a las playas del Golfo del noreste mexicano y de Texas.
Hasta ahora, se calcula que Deepwater Horizon derramó 170 millones de litros de crudo. Pero si el desastre de Pemex sirve de ejemplo, el derrame podría continuar incluso cuando estén listos los dos pozos de alivio en agosto. “Para entonces se convertirá en el peor derrame de la historia”, dijo Tad Patzek, director de Ingeniería de Petróleo y Geosistemas en la Universidad de Texas-Austin.
“Si por cualquier razón el cierre es imperfecto o hace falta otro pozo o lo que sea, serán otros cuatro meses. Para entonces, el derrame será mucho mayor al de Ixtoc”.
La fuga de BP es a una profundidad de 1.500 metros y hasta ahora es más complicado de contener que el de Ixtoc, que estaba apenas a 50 metros de profundidad.
Pemex podía llegar a él directamente, mientras que el de Deepwater requiere robots para manejar herramientas y cámaras de video para ver qué sucede.
“Ellos podían combatir el de Ixtoc desde la superficie”, dijo Robert Bea, profesor de ingeniería en la Universidad de California en Berkeley que lleva 55 años estudiando perforaciones submarinas y trabajó algunos años en Pemex. “Ahora deben combatirlo en el suelo marino en forma remota, desde la superficie que está millas más arriba”.

Capacidad natural
La buena noticia es que la experiencia de Ixtoc muestra que el Golfo de México tiene capacidad natural de superar enormes derrames de crudo, dicen los científicos. Las aguas cálidas y la luz del sol ayudaron a disolver el petróleo y el clima lo transformó en bolas de alquitrán para cuando llegó a la costa de Texas.
“Creo que el Golfo de México tiene una enorme resistencia o la tenía hace treinta años”, dijo el biólogo marino Wes Tunnell de la Universidad Texas A&M. “Lo hemos ofendido mucho en muchas maneras desde entonces”. El Golfo también procesa millones de litros de petróleo que se filtran de manera natural desde el lecho marino, a través de bacterias y microorganismos.
Sin embargo, no está claro cuánto podrá procesar esta vez, ya que el nuevo derrame está muy cerca de las costas y afecta a las zonas pantanosas de Louisiana, que son más delicadas que las costas mexicanas y texanas.
La profundidad del derrame de BP también podría complicar la respuesta del ecosistema del Golfo, ya que las bacterias que ingieren el crudo están en la superficie o cerca de la costa. El uso de BP de solventes en aguas profundas es un error, dice Larry McKinney, también de Texas A&M, “ya que evita que el crudo llegue a la superficie, donde el sol, viento, olas y bacterias pueden disolverlo”.
Pemex calcula que la mitad del crudo de Ixtoc se quemó en el incendio de la plataforma, que duró meses. Una cuarta parte se habría disuelto y el resto se recuperó o se evaporó. Algunas de las especies de coral, tortugas marinas, camarones y peces amenazadas lograron recuperarse, pero otras se redujeron seriamente.
Es difícil saber cuánto daño causó Ixtoc a largo plazo, porque el ecosistema también se vio afectado por la pesca excesiva, los sedimentos y otros tipos de contaminación.
Quizás ése sea el legado más trágico de Ixtoc. Una vez que el alquitrán que cubría las playas de Texas desapareció, cinco años después del derrame, la gente dejó de prestar atención y los fondos para la investigación científica se terminaron. “Lamentablemente no se hicieron muchos seguimientos para aprender de esto”, dijo McKinney. “Ese error deseamos que no se repita”.


Los números
529.000.000
de litros de petróleo fueron los dispersados en 1979 de la perforación de Ixtoc.
170.000.000
de litros de crudo se lleva calculado que el pozo de BP derramó en el Golfo de México desde el 20 de abril, cuando explotó la plataforma.

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