El ACV y las personas adictas al trabajo

Domingo 26 de abril de 2015
Recomendaciones. | El doctor Silva hace hincapié en una vida equilibrada.
Durante mucho tiempo fue descrita como una enfermedad que acecha a personas mayores. Pero, en los últimos años hubo un incremento de casos en hombres más jóvenes. Se trata del accidente cerebrovascular (ACV), uno de los principales motivos de consulta en el área de neurología.
Y en esa escena, los Workaholics ocupan un gran protagonismo. El estrés consecuente de innumerables horas de trabajo, se erige como uno de los “factores de riesgo no clásicos”. Así lo explica el neurólogo Emanuel Silva, quien desde 2012 coordina el sector en el hospital Ramón Madariaga de Posadas.
“Hay que recalcarle a la gente que un estilo de vida equilibrado en cuanto al descanso y al trabajo es lo más recomendable. Porque trabajar muchas horas, angustiarse o estresarse mucho, decididamente impacta en la incidencia de los ACV. Hay varios estudios, ya desde la década del ‘80 y del ‘90 que demuestran, por ejemplo, que en Estados Unidos la mayoría de los infartos suceden los lunes entre las seis y las diez de la mañana, y como es un factor de riesgo que uno no puede medir, conviene recomendárselo al paciente”, define Silva en diálogo con El Territorio.
“Todos los estados de ánimo negativos, angustia, tristeza, melancolía y el estrés físico y/o emocional, aumentan el riesgo cardio y cerebrovascular”, insiste el especialista.
En ese sentido, remarca lo que los médicos llaman pacientes con personalidad Tipo A. “El estrés, en todas sus facetas y modalidades, es patrimonio de la edad más productiva de la persona, entre los quince y 55 años. La personalidad incide mucho; la personalidad tipo A, que son aquellas personas ansiosas, dominadoras, que quieren hacer varias cosas a la vez y estar a cargo de todo, son los que más riesgos tienen de padecer estas cosas”.
Asimismo, señaló los factores de riesgo denominados “clásicos”: la edad, más de 55 años en el hombre y más de 65 en la mujer, y la hipertensión arterial, el tabaquismo, la diabetes y el colesterol alto son los factores que predispone. Las personas que sumen dos o más de estos factores tienen un riesgo mayor de tener ACV.
La estadística supone una alerta en la población para asumir las medidas de prevención necesarias: el ACV es la primera causa de discapacidad y la segunda de muerte en todo el mundo. Misiones no es la excepción. De hecho, en los últimos años, se han atendido diferentes cuadros, siendo muchos casos irreversibles.

Factores no clásicos
“Entre los no clásicos, está el uso de algunos medicamentos, en el caso de las mujeres, por tiempo prolongado y en dosis inadecuadas. El riesgo de ACV se asocia cuando está ligado a otros factores de riesgos no clásicos, como ser las trombofilias, que son grupos de enfermedades desarrolladas o adquiridas genéticamente, lo que aumenta las posibilidades de tener enfermedades como ACV o infartos”, explica Silva.

La rehabilitación
La clave en la rehabilitación está en la atención especializada intensiva, es decir, caer en manos de buenos kinesiólogos y fisioterapeutas. “El beneficio de la rehabilitación es el primer año, los primeros seis meses. Pero muchos pacientes continúan incluso toda la vida con rehabilitación o con tratamientos de kinesiología o fisioterapia”.
“En cuanto a mejorar las discapacidades, hay medicaciones que hacen que un lado del cuerpo funcionen mejor y que la rehabilitación sea más fácil”, señaló el especialista en neurología.


Reconocer los síntomas • Hay dos clases de ACV: El isquémico, que se produce por obstrucción de una arteria cerebral, con repentina interrupción de su flujo sanguíneo (el más frecuente, que ocurre en un 80%, y que sufrió Gustavo Cerati), y el hemorrágico, por ruptura vascular.

• La emergencia: Sólo uno de cada cuatro pacientes que sufre la dolencia llega a tiempo al hospital y la misma proporción es la que muere dentro del año posterior al ACV.

• Seis horas: Es fundamental reconocer los síntomas rápidamente para intervenir a tiempo, puesto que aproximadamente dentro de las primeras seis horas de producido un ACV isquémico puede aplicarse el tratamiento específico que permita revertir o minimizar los daños.

• Los síntomas: Debilidad o adormecimiento de la cara, brazo o pierna, usualmente de un lado del cuerpo. Dificultad para hablar, comprender o tragar. Dificultad para ver con uno o ambos ojos. Visión doble, pérdida del equilibrio o coordinación, vértigo. Dolor de cabeza súbito y de máxima intensidad, sin causa aparente.


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