“Tuve suerte, no era mi hora”

Domingo 26 de abril de 2015
Milagro. | Bruno Ferreyra tuvo un episodio de ACV y pudo recuperarse. | Foto: Luciano Ferreyra
Se despertó y no aguantaba el dolor de cabeza, tuvo la suerte de que alguien le exigiera ir al médico. En el hospital, convulsionó y se despertó siete días después. Consumió un cóctel de medicamentos y al año se recuperó totalmente. Hoy es el responsable de dos cocinas y en una de ellas tiene a su cargo doce cocineros. La recomendación de Bruno Ferreyra es simple, que ante cualquier dolor consulten al médico.
Esta es la historia del cocinero del restaurant Visage de Oberá, quien se animó a contar su experiencia para generar conciencia de que “un dolor de cabeza te puede llevar a la muerte”.
“Me levanté y sentí un dolor de cabeza que nunca había sentido, muy fuerte, me fui a trabajar y me tuve que retirar para hacer reposo y prometí ir a las 17 horas a mi médico de cabecera”, relató Bruno.
Cómo la mayoría de las personas, no quería ir al medicó, pensando que con reposó todo iba a pasar, pero gracias a la intervención de familiares se salvó. “La secretaria de mi trabajo se preocupó y la llamó a mi señora, quién le pidió a mi cuñada que vaya a verme. Fue la que me llevó al hospital en ese momento”.
La situación se complicó con el pasar de los minutos y fue llevado a tiempo al hospital: “Me miro al espejo y un lado de mi cara estaba caída, me insiste que me iban a tomar la presión para quedarnos tranquilos. Cuando llegamos al hospital, la doctora se dio cuenta y a los diez minutos empecé a convulsionar. De allí me dormí, no me acuerdo más qué pasó”.
Bruno se despertó siete días después y el enfermero le preguntó si se acordaba cómo se llamaba y si sabía dónde estaba. “Le dije mi nombre y que estaba en el hospital de Eldorado, fue allí donde me explicaron lo que me pasó y que me encontraba en el sanatorio Borati de Posadas”, recordó.
Al empezar a reaccionar nuevamente, se dio cuenta que la mitad de su cuerpo estaba paralizada. A los dos meses salió de alta y al año estaba recuperado totalmente, en un tratamiento con kinesiología.
Al principio fue medicado con doce pastillas por día, a los tres meses bajaron a seis, después tres pastillas y, cuando evolucionó en la recuperación, le recetaron una pastilla diaria.
“El médico me mostró la radiografía y comparamos. En la primera se ven los cinco coágulos de sangre en la cabeza y, cuando me dieron el alta, no se ven ningún coágulo”, comentó el cocinero considerándolo un verdadero milagro.
Pasaron seis años de esa mala experiencia y nunca más se sintió mal, hubo un cambio de hábito, cuidados, nada en exceso. Desde ese momento, no tiene que estresarse. “Ese es el principal problema, porque mi médico me dijo que lo que causo el ACV fue el estrés y mala coagulación de la sangre”.
“Yo me quedo pensando, digo, ‘tuve suerte, no era mi hora’, porque lo que me pasó fue increíble. De tener cinco coágulos, perder la memoria y la movilidad y volver a recuperar todo, fue un milagro” reflexionó, con un suspiro por el recuerdo.
La recomendación del cheff es la consulta precoz. “Dejamos pasar hasta lo último sin aceptar la realidad, hay que dejar de lado el orgullo e ir al doctor”.

:: Nota relacionada
El ACV y las personas adictas al trabajo