Cuál es el intrincado trasfondo de las negociaciones Mercosur-UE

Domingo 29 de julio de 2007
Félix Peña


Es Félix Peña una de las voces más respetadas en la Argentina a la hora de analizar la integración regional. Por ello Territorios lo contactó para conocer su visión sobre los posibles beneficios de las relaciones actuales entre el Mercosur y la Unión Europea.

¿Cuál es su visión sobre la próxima reunión entre los representantes del Mercosur y la Unión Europea?
La preparación de la próxima Cumbre Unión Europea-América Latina y el Caribe, a realizarse en mayo de 2008, en Lima, abre una ventana de oportunidad para nuevos enfoques en las relaciones entre ambas regiones. Asimismo, es una ocasión propicia para concluir las demoradas negociaciones entre el Mercosur y la UE. Para ello también puede ser necesario introducir nuevos enfoques en el planteamiento de tales negociaciones.
Un precedente puede ser el que ha introducido en la reciente Cumbre de la Comunidad Andina de Tarija, al lanzarse formalmente el proceso negociador con la Unión Europea. El papel privilegiado que la Comisión Europea ha propuesto asignar al Brasil, más allá del acierto de la decisión, no debería ser un obstáculo para concluir un acuerdo más amplio con el Mercosur.
Dependerá de hechos concretos que se originen en el Mercosur y que contribuyan a mejorar su actual imagen en los gobiernos y en la opinión pública europea. Clarificar el alcance de la participación de Venezuela en el Mercosur, en el plano comercial y en el político, puede ser un paso importante al respecto.
Portugal asume la Presidencia de la Unión Europea. Luego, en el primer semestre del 2008, le corresponderá ejercerla a Eslovenia.
Y en mayo próximo tendrá lugar en Lima, una nueva Cumbre entre la Unión Europea y los países de América Latina y el Caribe. La última se realizó el año pasado en Viena.

¿Y qué tipo de inconvenientes se pueden presentar para llegar a puntos en común?
La periodicidad bi-anual de estas cumbres bi-regionales no deja de tener sus inconvenientes. Uno de ellos es el que acrecienta la dificultad de lograr la presencia de un número suficiente de líderes políticos, especialmente de los países más representativos.
En esta oportunidad, tal dificultad se reflejará en el interés que puedan tener los líderes europeos de desplazarse hasta América Latina.
Se sabe que las prioridades de los países miembros de la Unión Europea no están hoy concentradas en la región latinoamericana.
Por el contrario, parece notorio que el interés por la región ha ido decreciendo en la medida que la atención está concentrada en otras prioridades sensibles, originadas o en el propio espacio europeo (las del tratado institucional, del acceso de Turquía y de las relaciones en materia de energía con Rusia), o en las relaciones con países y regiones que pueden ser percibidas como más atractivas en el plano económico, los casos de China e India, o como más relevantes en el plano político y de la seguridad, como los casos de Irán, del Medio Oriente y de los países del Norte de África.
Otro inconveniente que se observa es el de poder generar una agenda para la Cumbre de Lima que sea capaz, no sólo de lograr el consenso entre las dos regiones pero, además, de ser atractiva como para justificar la movilización de los líderes políticos, especialmente de los europeos.
El país sede (Perú); los países que ejercen la Presidencia temporal europea en el período precedente, en este caso Alemania, Portugal y Eslovenia y, por cierto, también la Comisión Europea y los representantes en Bruselas de los países latinoamericanos, tienen una responsabilidad principal en asegurar que la Cumbre de Lima pueda lograr un razonable éxito de convocatoria y de agenda.
Es temprano aún para saber si así será.
Como ocurriera en las ocasiones anteriores (Río de Janeiro, 1999; Madrid, 2002; Guadalajara, 2004 y Viena, 2006), las agendas de las Cumbres bi-regionales pueden ser excesivamente amplias. Ello se refleja en sus documentos finales.
No necesariamente incluyen una “hoja de ruta”, con pasos concretos y asignación de responsabilidades para asegurar el desarrollo posterior de lo acordado.
Como resultado de ello, los textos aprobados suelen tener poca repercusión en la prensa y en todos aquellos que no han estado directamente involucrados en la respectiva cumbre.


El perfil
Félix Peña
Especialista en Relaciones Económicas Internacionales y en Derecho del Comercio Internacional.
Director del Instituto de Comercio Internacional de la Fundación Bank Boston.
Titular del Módulo Jean Monnet y del Núcleo Interdisciplinario de Estudios Internacionales de la Universidad Nacional de Tres de Febrero.
Abogado en la Universidad Nacional del Litoral; Doctor en Derecho en la Universidad de Madrid; Licenciado en Derecho Europeo en la Universidad Católica de Lovaina, Bélgica.

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